La presidenta Abelina López Rodríguez se contradice en sus declaraciones respecto a la inseguridad, al declarar un día si que la violencia no la ha rebasado y 2 días después dice lo contrario. Foto de https://www.google.com/
Era imposible que fuera el coordinador de los senadores morenistas. Por cuando menos dos elocuentes razones: es militante del Partido del Trabajo (PT). Y, por otro lado, el enlace político que el partido presidencial necesita para mantener viva esa alianza.
A pesar de su garra legislativa y la elocuencia mostrada reiteradamente en los debates, teniendo como interlocutores a los actores de la oposición agrupados en el PAN-PRI-PRD, Gerardo Fernández Noroña sabe de sus limitaciones políticas. Y sabe también, que no puede estirar la cuerda más allá de dónde debe. Por eso ya no levantó olas. Y la coordinación del senado se le cayó. De ahí se abre lo demás.
PT: MAL NECESARIO. – Pese a que mucha de la militancia morenista se queje, en el sentido de que el PT es un partido inoculado por prácticas priistas, en el fondo es un mal necesario para todos ellos. Se lee así:
1.- Al igual que muchos priistas, perredistas y panistas, el propietario del PT, Alberto Anaya Gutiérrez lleva viviendo del erario más de 33 años.
De corte ideológico identificado con la izquierda maoísta que encontró acomodo y aceptación legal en el sexenio del expresidente Luis Echeverría Álvarez −la otra izquierda fue combatida, perseguida sin cuartel y asesinada por este oscuro y siniestro exmandatario−, Anaya fue impulsado también por Raúl Salinas de Gortari “el hermano incómodo” del expresidente Carlos Salinas.
De hecho, mantiene hasta la fecha, relaciones cordiales y cercanas con ambos hermanos. Pero la voz de la condena presidencial en “las mañaneras”, no alcanza al polémico Anaya.
Ni el propio Fernández Noroña admite en tribuna legislativa el mea culpa derivado de los negros antecedentes arrastrados por su tutor político, quien será para variar, el coordinador del PT en el senado durante el próximo sexenio. Saltando de diputado federal a senador y todas por la vía plurinominal, Alberto Anaya encarna el perfecto dinosaurio y cacique de esa izquierda mínima. Y como dinosaurio ha operado y mantenido inalterado su feudo de poder en la figura partidista y vomitiva del PT.
2.- El aun diputado federal petista Fernández Noroña desea madurar para el 2030, la lejana posibilidad de ser postulado candidato presidencial por la misma alianza partidista que hizo ganar en junio pasado a la presidenta electa, Claudia Sheinbaum.
Pero lo quiere hacer sin renunciar al PT y sin afiliarse al Morena. Se entiende: es la moneda de cambio más importante de Alberto Anaya, y está convertido en uno de los cuadros políticos petistas que le asegura al dueño de esa franquicia partidista, una mayor rentabilidad y permanencia en la rueda del poder y de los presupuestos públicos. Ningún miembro de ese partido ha destacado tanto como Noroña quien renunció al PRD en 2008 tras 19 años de militancia. Y ese mismo año se afilió al PT.
Ninguno puede abrir las puertas del Morena con el picaporte suelto, como él lo hace. Pero la fortaleza de Anaya es la debilidad de Noroña. Porque sin renunciar al PT y conservando esa militancia para la elección presidencial de 2030, difícilmente llegará. Debe necesariamente, soltarse del yugo político del propietario legal y eterno cacique del PT. Y, aun así, la fila de aspirantes ya es grande.
3.- En Guerrero, el PT también creó émulos de dinosaurios y caciques. El más notorio de todos es el fracasado aspirante a alcalde por el municipio de Tlapa, Victoriano Wences Real, quien a través de ese partido ha mantenido un visible control político en la región Montaña. De sencillo empleado bancario, Victoriano saltó dos veces como diputado federal, una como diputado local y también alcalde de Tlapa. Cuando arañaba su segundo periodo como edil de aquel municipio perdió durante la pasada elección del 2 de junio.
Lo hizo frente al alcalde priista y “pedorro” −así lo bautizó el propio Noroña en una de sus giras por Guerrero− Gilberto Solano Arreaga. Victoriano logró empujar a su esposa Leticia Mosso Hernández, dos veces como diputada local plurinominal. Sin ir a las urnas. Con la venia política del dirigente nacional Alberto Anaya. Pero es esta la clase de aliados partidistas que tiene el Morena.
Ese PT que se asume como de “izquierda” pero que proyecta en los hechos y sin ningún tipo de rubor, la cultura política de los continuismos, los nepotismos, los arribismos y las corruptelas propias de ese “pasado conservador” fustigado en el discurso y con rudeza verbal, por el presidente AMLO.
Esa insana y pervertida tendencia de su propietario Anaya para mantenerse viviendo cínicamente y por más de treinta años del erario.
El PT representa la loza endeble y al borde del colapso, del segundo piso de la 4T. La rémora del Morena.
Foto de y https://www.dailymotion.com/
HOJEADAS DE PÁGINAS… Dos veces se ha reunido con el virtual secretario de Seguridad Federal, Omar García Harfuch. Y las dos veces los niveles de violencia han golpeado con fuerza a la alcaldesa de Acapulco, la morenista Abelina López Rodríguez. Tal parece que la edil le apuesta a neutralizar el fenómeno de la inseguridad posando en la fotografía con sendos personajes que en el pasado también fueron muy cuestionados, como el propio García Harfuch. Pero lo que se necesita aplicar es trabajo de gabinete eficaz, inteligencia y acciones concretas. Pero, sobre todo, disposición y voluntad política para hacerlo. De ninguna manera la violencia cederá desde la percepción optimista de la venta de imagen publicitaria, cuando los hechos desbordan con creces a la autoridad municipal. Por enésima vez, Abelina está errando en la estrategia.
Hay 774 invitados y ningún miembro en línea