*El Caudillo del Sur contrajo matrimonio con la señorita Ma. Guadalupe Hernández
*Procrearon una niña: Ma. Dolores Guerrero Hernández
La vida de quienes se incorporan a las páginas de la historia, está llena de mitos y leyendas; además, mantienen detalles personales
escondidos en las sombras y bajo el polvo de los archivos históricos. Este es el caso de la boda del consumador de nuestra Independencia Nacional, como lo veremos a continuación.
Desde muy joven, nuestro personaje acompañaba a sus familiares quienes se dedicaban al negocio de la arriería, viajando a
diferentes poblados de la Costa Chica principalmente a Ometepec; y en ese ir y venir de Vicente Guerrero, lo sorprende el estallido del movimiento de independencia iniciado por Miguel Hidalgo y secundado por Morelos; incorporándose Guerrero al contingente de Hermenegildo Galeana.
En diciembre de 1812, Morelos dio la comisión a Vicente Guerrero para que comandara una expedición contra los puntos fuertes de los realistas, desde la costa sur de Oaxaca hasta Tehuantepec; de donde se dirigió a la Costa Chica. Entraron a Ometepec y se hospedaron mismo donde establecieron su cuartel general. La división insurgente permaneció en ese lugar en espera de José María Morelos, quien llegó a principios de marzo de 1813.
Antes de partir a Acapulco, Morelos ascendió a Vicente Guerrero como teniente coronel, designándolo comandante del recién creado Distrito de Ometepec. Para celebrar su nombramiento Vicente Guerrero, quien conocía el estupendo apetito de Morelos dispuso de una exquisita comida costeña, donde no faltó el caldo rojo de res con su respectiva yerba santa y plátanos hervidos, además la tradicional iguana en chile ajo; todo esto acompañado desde luego con sus tortillas directas del comal, queso fresco y frijoles apozonques con hepazote. Como postre, Morelos se deleitó con
los famosos bocadillos de coco y panela (cocada), rematando con gruesos tragos del refrescante chilate hecho a base cacao, azúcar, arroz dorado y canela.
De inmediato Guerrero se hizo cargo de la organización de los pueblos amuzgos, nahuas, mixtecos, tlapanecos y afromestizos de
la Costa Chica. Aprovechando la estancia en la región y para seguir con el festejo de su nuevo nombramiento, se animó a proponerle matrimonio a su
novia, la hermosa joven María Guadalupe Hernández, misma que pertenecía a una de las mejores familias de Ometepec; y de quien se había enamorado desde que se conocieron. Esta boda tuvo lugar a fines de marzo de 1813, y fue una fiesta donde la tornaboda se prolongó por varios días de comilonas, bailes y jolgorio en general como suelen ser estos eventos en la Costa.
Para el mes de junio los jefes de la insurgencia fueron convocados por los miembros del Congreso para reunirse en Chilpancingo, donde Guerrero aprovechó la oportunidad para visitar la casa de sus padres en Tixtla. Su esposa Guadalupe que lo acompañaba, se hallaba en estado de gestación y decidieron que ella se quedara con la familia para tener su bebé. Debemos señalar que don Vicente tenía ya una hijita de nombre Natividad, que vivía en la casa paterna.
Al poco tiempo, Morelos a petición del propio Guerrero y para estar cerca de su esposa, le encargó el mando de la División Militar del Sur, protegiendo al Congreso en la zona de los valles de Tixtla y Chilpancingo. Esto le permitió al insurgente gozar un breve tiempo de paz en su tierra y pudo disfrutar de la compañía de su familia, de su esposa Guadalupe y de la pequeña María Dolores recién nacida.
Es de advertirse, que no se pretende relatar el perfil biográfico, militar o político de Vicente Guerrero, más bien se trata el tema de su matrimonio y la relación que mantuvo con su esposa María Guadalupe y la hija de ambos María Dolores. Ello justifica los frecuentes saltos en el avance cronológico de esta narración.
Así pues, oportunamente Guerrero y Agustín de Iturbide, acordaron dar fin a la contienda llevándose a cabo el “Abrazo de Acatempan” el 10 de febrero de 1821. El 21 de julio de ese mismo año Iturbide fue coronado emperador de México; abdicó al trono, se exilió en Italia y al pretender regresar al país fue fusilado en el poblado de Padilla, Tamaulipas. Vicente Guerrero asumió la presidencia de la república federal el uno de abril de 1829, quien según sus biógrafos, gobernó bajo los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad; y encomendado siempre al Gran Arquitecto Universal.
Presintiendo su muerte, Guerrero redactó su testamento el 4 de septiembre de 1830 ante el notario público Jesús B. Morales. Y dejó cien pesos para limosnas a su patrona la Virgen de Guadalupe; dispuso que fueran aplicadas a su alma las misas que su esposa María Guadalupe Hernández dispusiera, y expresó que dejaría huérfana a su hija María Dolores, de dieciocho años. Nombró como albacea de todas sus fincas a su esposa, que era su natural administradora, disponiendo que se pagaran sus deudas y se cobrara a sus deudores.
Por maquinaciones de Anastasio Bustamante, en ese entonces vicepresidente de México, se levantó una rebelión en contra de Guerrero quien personalmente trató de sofocarla, siendo traicionado por el marino italiano Francisco Piccaluga, quien lo hizo prisionero en el bergantín “El Colombo” y entregado a sus enemigos. Fue fusilado en la Villa de Cuilapan, Oaxaca, el 14 de febrero de 1831 y fue enterrado ahí mismo.
En 1833 sus restos fueron exhumados de Cuilapan y trasladados a la iglesia de Santo Domingo de Oaxaca. En 1842, a iniciativa del presidente Antonio López de Santa Anna, se trasladaron los restos del consumador a la ciudad de México, donde fueron recibidos por su hija Ma. Dolores Guerrero Hernández, ya para entonces casada con Mariano Riva Palacio; además, familiares y amigos.
Los datos sobre la épica vida del general Guerrero, los encontramos en diferentes archivos o libros que tratan sobre el tema; y el caso especial de su boda en Ometepec, fue tomado de la obra: La vida de Vicente Guerrero, publicado por Editorial Grijalbo y de la autoría de Raquel Huerta Nava.
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