De Julio Ayala Carlos
POR SUPUESTO QUE EL ESCLARECIMIENTO del asesinato del alcalde Alejandro Arcos Catalán, es urgente. Es necesario hacerle justicia a él y a sus familiares, pero también a Chilpancingo, pues no sólo le quitaron la vida a un hombre bueno, sino también a su presidente.
Sí. Es urgente el esclarecimiento de su muerte, pero ¿cómo sea, con quién sea, y al costo de que sea?
Por supuesto que merece justicia el alcalde, sus familiares, y los capitalinos. Por supuesto que los culpables de su asesinato deben estar en la cárcel…
Pero ¿aún con chivos expiatorios? ¿Aún con gente, presuntamente inocente?
Arcos Catalán tenía tan solo seis días de haber tomado protesta del cargo de presidente municipal cuando lo ejecutaron, cuando le quitaron la vida.
Era un buen hombre, Como padre y como ciudadano. Era la esperanza de los chilpancinguenses. De un futuro de paz y de prosperidad para Chilpancingo.
Porque los indicios por los cuales fue detenido quien presuntamente ordenó el asesinato de Alejandro Arcos Catalán, no sólo son endebles, sino también insuficientes. En un proceso normal y legal, cualquier “abogado de medio pelo”, o incluso sin serlo, puede deshacerlos.
En efecto, los indicios de culpabilidad, dos, por los cuales fue detenido el encargado de seguridad pública del Ayuntamiento capitalino, Germán Reyes Reyes, es decir, empleado del propio presidente municipal, no tienen de dónde agarrarse, no tienen cómo comprobarse.
Todo mundo sabe, y los abogados de “a deveras”, incluyendo a las partes, y los juzgadores, que más que indicios, las pruebas son las que hablan en cualquier juicio. Obvio, no cualquiera, sino contundentes, concluyentes, fehacientes.
Es decir, que no dejen ninguna duda sobre el imputado…
Por supuesto, aún falta mucho para que el juez dicte en sentencia sobre el caso, pero hasta ahora, en las dos audiencias, todo parece ser el espectáculo de un circo, con la única agarradera de que debe resolverse el caso.
Uno de los indicios por el cual fue detenido el presunto responsable, es la denuncia de un comerciante ambulante que en Petaquillas oyó a policías comunitarios que el encargado de seguridad pública del Ayuntamiento capitalino había ordenado el asesinato del alcalde. El motivo: porque no quiso meter en la nómina a miembros de un grupo delictivo al que pertenecen.
Días después fue encontrado muerto en su domicilio. Hasta ahora, la Fiscalía General del Estado, no sabe si fue “muerte natural”, o fue asesinado.
Pero hay algo más. La declaración del testigo no tiene firma ni huella dactilar.
El otro indicio es una “denuncia anónima”. Un presunto “policía” denunció a la misma Fiscalía Estatal, vía redes sociales, que oyó al hoy detenido ordenar al alcalde Arcos Catalán, dos días antes de que apareciera sin vida.
¿Quién es ese policía?
Por cierto. La prueba “contundente” de que Germán Reyes Reyes, pertenece a un grupo delincuencial es una publicación en Facebook.
Así que agárrense todos ustedes….
En fin, Reyes Reyes fue vinculado a proceso por la juez que lleva el caso.
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