Por César González Guerrero.
Después de la violenta conquista de México, en el año 1521, o quizá simultáneamente, inicia la conquista espiritual, a través de los primeros grupos de misioneros españoles denominados Agustinos, Dominicos, Franciscanos, Jesuitas, entre otros, en el oficio de la evangelización y educar con principios religiosos, a los grupos étnicos nativos, existentes en la llamada Nueva España. Así empieza una nueva vida en el territorio que actualmente se llama México, y con ello los primeros pasos para combatir la ignorancia.
Es en el año 1918, al finalizar la Revolución Mexicana cuando, por primera vez, el día 15 de mayo se celebra el Dia del Maestro, decretado por el Jefe del Ejército Constitucionalista y Presidente de México, Venustiano Carranza (1917-1920).
Para algunos, la celebración del Dia del Maestro, es en honor al Teólogo, Sacerdote católico, profesor y pedagogo francés San Juan Bautista de La Salle (1651-1719), fundador de las primeras Escuelas Cristianas y pionero en la fundación de escuelas de formación de maestros. Coincidentemente, es la fecha en que el Papa Pio XII, ratificó a San Juan Bautista de La Salle, como patrono universal de los educadores. Pero esa será otra historia.
Lo interesante del 15 de mayo, el motivo principal creo yo, es dedicar un día especial para resaltar la calidad y capacidad educativa de quienes se dedican al trabajo docente en las escuelas del México.
Hay que reconocer que esta difícil tarea, en los tiempos actuales, no es muy sencilla. Para empezar, quienes tuvimos la oportunidad de conocer las primeras letras, en momentos críticos, de pobreza y marginación social, resulta muy estimulante valorar y reconocer a las mujeres y hombres que nos enseñaron a leer y escribir. Recordar aquellos momentos en los cuales carecíamos de todo, significa valorar a nuestros padres que se interesaron en forjar mejores personas. Pero la modernidad y las tecnologías nos han alcanzado y ahora, no se sabe si es para bien o es para mal. Sin duda, nuestros padres fueron mejores maestros y el hogar la mejor escuela.
Cuando, en los años 1950-1960, no existían los servicios elementales como electricidad, carreteras, transportes, vestido, calzado, escuelas, etc., la gente hacia el esfuerzo y sacrificio para solucionar problemas. Se Utilizaba el candil a falta del servicio de energía eléctrica; a falta de medios de transporte se caminaban varios kilómetros para llegar a algún lugar; pies descalzos, a falta de calzado; se bebía agua en bule, de los charcos, arroyos o pozas de agua, a falta de las modernas botellas y refrescos; a falta de aulas escolares, los árboles frondosos o alguna ramada servía de salón de clases; a falta de uniformes, se usaban pantalones viejos, “rotos”, “tuncos” y “remendados”; a falta de maestros oficiales, nuestros padres, aprovechando sus ratos de descanso, nos enseñaban a leer y escribir. Para quienes teníamos la necesidad y el hambre de aprender, siempre había una solución a la problemática que se presentaba. Y aquí estamos de pie.
Afortunadamente, en esos tiempos, llegaron a nuestro pueblo Copala, personas altruistas, nobles y generosas que, ofrecieron sus servicios como Maestros o Maestras, sin títulos, maestrías o doctorados que, en sus domicilios, nos atendían, de acuerdo a los horarios disponibles, conocidas como Escuela Real. Varias ocasiones también en las escuelas llamadas nocturnas.
Hoy, este 15 de mayo, Dia del Maestro y la Maestra, como lo hacíamos en aquellos tiempos, con mucho cariño, expresamos nuestra felicitación, homenaje y reconocimiento a quienes siguen trabajando y luchando por una mejor educación en cada uno de los pueblos de México. A los auténticos trabajadores de la educación que día a día, se preparan para forjar mejores generaciones de mexicanos.
De igual manera nuestro reconocimiento y homenaje a quienes han pasado a la etapa de jubilados y pensionados que, a pesar de los problemas de salud, producto de la edad, siguen defendiendo sus derechos y prestaciones sociales. Mucho ánimo.
De manera muy especial, va nuestro homenaje póstumo a las mujeres y varones que en mi tierra nos dieron educación, utilizando el Método del Silabario de San Miguel Arcángel, y no las olvidamos: Maestra Sidonia Ortega Molina, Clementina González Tejada, Victoria Castañeda García, Irais Aparicio Suastegui; desde luego también a mis maestras de Kínder: Petrita Figueroa Galeana; Primaria y Secundaria: Gualberta González Castañeda, Hilda Silva Narciso, Teresa Conde Rodríguez, Lucia González Castañeda, Justina García Pérez, Leocadio Suarez Cruz, Santos González, Juan Melgarejo Aguirre, Manuel Domínguez Jaimes, Ramiro González Mendoza, entre otros que escapan a mi memoria.
Este 15 de mayo del 2025, setenta años después, o más, las estadísticas y resultados en materia educativa, nos reflejan una realidad nada agradable. Es hora de revisar muy seriamente la situación educativa en nuestro país, y por supuesto, actuar en consecuencia de manera urgente.
Parece ser que se ha perdido el rumbo de la educación. Las políticas públicas en esa materia están en entredicho, y por más recursos financieros dedicados a este noble sector, no ha sido suficiente.
Pero nunca es tarde para corregir y superar fallas, errores y omisiones de parte de los encargados de orientar acciones que sirvan al desarrollo pleno de México. El personal docente, Maestras y Maestros, hacen su trabajo en la medida de sus posibilidades, y es por ello el Reconocimiento y homenaje.
Cada sexenio gubernamental, es una nueva esperanza para estar mejor.
Ya veremos.
¡¡FELIZ DÍA DEL MAESTRO Y LA MAESTRA!!
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