Noé Mondragón Norato Foto: https://www.animalpolitico.com/
Desde su condición de «opositora» al PRI, la diputada federal del Morena y ex perredista, Abelina López Rodríguez, ha pactado acuerdos inconfesables con ese partido. Uno destaca: cuando a través de una llamada telefónica, el ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer, ordena al ex dirigente del PRD, René Lobato Ramírez, «meterse ahí». Es decir, con Evodio Velázquez, quien participaba en la elección de 2015, como candidato del PRD a la alcaldía de Acapulco. Y luego, en otra conversación interceptada, Rubén Figueroa Smutny, ordena a su ‘operador’ Pedro: «Busca a la gente de Abelina, si no hay arreglo con el Verde en ese distrito trabajaremos con ella. Habla con ellos, diles que para que nuestra estructura opere, necesitaríamos que nos dieran 50 mil pesos por semana de aquí a la elección, para la promoción del voto, aparte la movilización. Si les interesa pues le entramos con ellos así. La semana que entra me juntaría yo con Abelina.» De nada sirvieron esos apoyos. La actual diputada federal perdió el distrito federal cuatro en aquella elección, frente a la priista Julieta Fernández Márquez, cónyuge del actual senador tricolor, Manuel Añorve Baños. Llegó a la curul federal hasta el 2018, gracias al efecto AMLO. De ahí se lee lo demás.
MISMA CORRUPCIÓN. – En claro ex abrupto, mostrando nula inteligencia y tacto político y sin medir el impacto negativo de su postura, la legisladora federal morenista Abelina López, admitió sin reparos y en pleno uso de la tribuna, haber sobornado con 20 mil pesos a un Ministerio Público federal «para que la corrupción del sistema permitiera solicitar al juez, el juicio abreviado.» Es decir, se prestó al juego de la corrupción en vez de denunciarla y atacarla desde su condición de opositora. ¿Por qué no lo hizo? Y ya encarrerada, se atrevió a tildar de ignorantes a los diputados opositores que le gritaron desde las curules «corrupta.» Algunos antecedentes muestran la madera política de la que está hecha dicha legisladora federal «opositora»:
1.- Cuando ganó la curul federal por el distrito cuatro en la pasada elección del 1 de julio de 2018, una de las primeras acciones de Abelina López, consistió en presentarse ante el gobernador priista Héctor Astudillo, quien gustoso la recibió en las oficinas de la Promotora Turística de Acapulco el lunes 16 de julio de aquel año. «La legisladora morenista es una guerrerense a la que habremos de pedir trabajar en el presupuesto federal que se asigne a nuestro ha estado y a quien respaldaremos en su labor. Será un factor importante para ayudarle a Guerrero en esta segunda etapa de mi gobierno», admitió sin rubor el mandatario estatal en un gesto que vendió como de «apertura política y reconocimiento a la voluntad del pueblo expresada en las urnas.» Abelina también justificó dicho encuentro: «vine a saludar al gobernador Héctor Astudillo, porque el compromiso es trabajar por el bien de los guerrerenses y fuera de intereses partidistas. Hay que luchar para que lleguen los recursos federales a Guerrero y que estos sean aplicados y orientados a las zonas más necesitadas.» Al final, ni gestionó más recursos para la entidad ―de hecho, AMLO operó dos recortes al presupuesto estatal—, ni benefició a los grupos más vulnerables. Además, ningún otro diputado federal electo del Morena buscó entrevistarse con Astudillo. Como si de remarcar acuerdos políticos inconfesables se tratara.
2.- Tras admitir el soborno que operó durante el gobierno de Peña Nieto —ella fue diputada local por el distrito 3 en la 60 legislatura (2012-2015)—, el diputado federal panista yucateco Elías Lixa, solicitó turnar íntegra la exposición de Abelina «por tratarse de un acto de corrupción confeso dado en la tribuna de la Cámara de diputados.» No pudo ir más allá dado que la figura del desafuero no ha sido discutida en ese recinto. Como sea, fue un acto con el cual Abelina literalmente, quemó todas sus naves. Es, además, de las repetidoras eternas del poder. Ha explotado puntual, el discurso opositor de las mentiras y los engaños sistemáticos. A lo anterior, suma los pasivos de tejer alianzas soterradas con el PRI. Y no entregar resultados convincentes a sus electores.
HOJEADAS DE PÁGINAS…El precandidato del Morena a gobernador, Pablo Amílcar Sandoval, negó operar actos anticipados de campaña. Y responsabilizó a un medio de comunicación, de los espectaculares con su fotografía, que ya desplegó por varias regiones de la entidad. ¿Es que acaso un medio de comunicación, con una prensa subsidiaria como la de Guerrero, posee tanto dinero como para operar sin ningún tipo de interés, la colocación abierta de su imagen? Pablo quiere chamaquear a todos los quejosos del Morena. Y, sobre todo, operar corruptelas camufladas de ‘decisiones editoriales’.
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