Por César González Guerrero
El término Madre tiene un origen muy antiguo y un significado diverso.
Pero lo más importante, ahora, es el valor que tiene este gran ser humano, en cada sociedad.
La madre es universal y en esa calidad, su función es muy importante, en las grandes ciudades y en los pequeños poblados del mundo.
En este contexto, es pertinente destacar a la madre que, junto a su familia, viven en las zonas rurales marginadas, realizando actividades eminentemente campesinas. Por supuesto, en la actualidad es diferente a épocas pasadas, y con algunas excepciones, existen lugares en los que la madre, es todo, aparte de madre campesina: padre, doctora, maestra, ingeniera, arquitecta, licenciada, estilista, terapeuta, quiropráctica, psicóloga, cheff, etc., etc.
Como olvidar, quienes nacimos y crecimos en el campo, aquellos tiempos en los cuales la madre enseñaba, sobre todo a las hijas, desde muy pequeñas, a realizar actividades que, en la época moderna, son especialidades con títulos.
Las madres de nuestras generaciones, cincuentas, sesentas, tuvieron esa característica de enseñar-practicando.
Desde luego que, fue muy determinante la disciplina y el respeto que también nos inculcaban. Lo que ahora no existe.
La madre campesina, repito, que aún existen, es quien se levanta primero, y se acuesta al último. Es la que se preocupa por todo lo cotidiano, y lo más grave, cómo optimizar el poco dinero, que siempre es escaso o no se tiene. Más si son madres solteras por diferentes causas.
La madre campesina no sabe de lujos, regalos espectaculares, fiestas suntuosas, comidas extravagantes, etc.
Mucho menos tienen conocimiento de los festejos diversos que el calendario marca, para comprar y consumir hasta lo que no necesitan.
En el campo encontramos a la madre que se dedica todo el día trabajando la tierra, al lado del esposo, utilizando todas las herramientas que requiere el duro trabajo campesino.
En el campo la madre sabe cómo solucionar cualquier tipo de problema, a falta del marido, y en ocasiones, hasta resolver carencias básicas de educación, salud, seguridad, etc.
La madre campesina, regularmente, está marginada y olvidada por las autoridades y organismos encargados de apoyarlas. Brillan por su ausencia; pero eso sí cuando de casualidad llegan a esas comunidades, sobran las fotos, discursos con promesas y simbólicos apoyos.
Es tiempo todavía de reivindicar a la madre campesina, dignamente y no solo el diez de mayo.
Es urgente y necesario instrumentar un Plan o Programa de Apoyo a la Mujer campesina, reales no simulados, otorgándoles capacitaciones, créditos, servicios básicos que verdaderamente sirvan al bienestar de la familia.
Desde luego, para que eso se haga realidad, se requiere voluntad política de los gobernantes, sensibilidad, sinceridad y capacidad.
La calidad de vida de la mujer campesina no puede seguir esperando el diez de mayo para recibir homenajes y reconocimientos. Es tiempo ya para que la mujer campesina sea atendida como se merece.
Los responsables de ello saben o deben saber cómo.
ya veremos.
Va también... ¡Un homenaje y reconocimiento post mórtem_'después de la muerte'_ a todas las madres que ya abandonaron esta vida terrenal!
¡Felicitaciones a todas las Madres!
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