Las aguas del río Atoyac, qué se localiza en el Municipio del mismo nombre y que desemboca en el océano pacífico, están contaminadas, con las consecuencias que esta cuestión acarrea. Se supone que las autoridades ecológicas saben hasta qué grado de descomposición observa ese importante caudal, cuando menos, en las dos épocas del año bien delimitadas: La de secas y la de lluvias. En la primera, en los meses “picos” del estiaje, una delgada y lenta corriente de agua se mira, mientras que en la segunda, el río se engalana con el aumento considerable de su caudal. Tan es así, que hasta peces y camarones adornan el ecosistema y ocasiona serias dificultades a sus predadores de piedra, grava y arena.
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