En un cuento de George Orwell, aquél autor de libros como la “Granja y 1984” y otras bellezas literarias, platica que había una vez un gobernante al que sus funcionarios, (habla de la Edad Media) le preparaban las porras, los escenarios, a la gente, los reclamos, las felicitaciones, hasta en pos de hacerle verídico aquello, una que otra protesta light montada, para que el gobernante pensara que vivía en democracia. Al gobernante, le barrían las calles, se las arreglaban, le peinaban y bañaban a la gente, la vestían bien. En fin, los escenarios, eran idílicos y el gobernante creía que su gente vivía bien, era feliz y hasta le agradecían sus bondades con regalos pomposos, que eran también arreglados por sus funcionarios.
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