A unos días de que la Costa Chica se cimbrara por un terremoto de 7.4 grados en la escala de Richter el 20 de marzo del 2012, el entonces presidente Felipe Calderón acudió a la región y se comprometió a la construcción de casas nuevas para las familias que las perdieron totalmente y reparar las que salieron afectadas. Y les dio un plazo: cuatro meses. Y por increíble que parezca, a casi 20 meses de aquella tragedia, todavía mil familias de los municipios de Tlacoachistlahuaca, Ometepec y Azoyú las siguen esperando.
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