En realidad, nadie sabe a ciencia cierta, qué es lo que informará. Pero el edil priísta de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena, es aventurero. Poco prudente e inteligente. Y se atrevió a invitar con especial alharaca, a la presentación de su primer informe de labores como alcalde. Lo hará público hoy viernes. Pero si hay algo que se contraponga a lo que diga, es justamente un anti informe. Basta con hilar el resumen de sus arrebatos, frivolidades, indolencias, nula capacidad para negociar, autoritarismos y soberbias, deficiente tacto político y pasividad para desactivar el conflicto público, como forma de entender los escenarios de crisis política construidos con singular afán, por él mismo.
INFORME SIN CONTENIDO.- Lo peor que le puede pasar a los priístas, es tener un alcalde negado sistemáticamente a los resultados. Pero sobre todo, que gobierna la ciudad capital y sede de los poderes del estado. De ahí que su informe sea precisamente, la antítesis del trabajo logrado. Es decir, un anti informe. El recuento lo dice todo:
1.- Leyva Mena proyecto inicialmente, ganas de trabajar y sacar las cosas adelante. Al grado de ponerse el uniforme de un simple trabajador y comenzar a desbrozar a machete abierto, aceras saturadas de arbustos. Pintar paredes y rayas divisorias en carreteras de asfalto. Meterse con botas de hule, al pestilente río Huacapa, con tal de percibir los problemas de las descargas de aguas residuales. Vender la imagen de humildad. Pero el poder lo fue cambiando.
2.- Memorable fue un hecho controversial y frívolo: cuando en la fiesta del poblado de Amojileca –en los inicios de enero de este año-, se puso a tirar dinero groseramente, a los asistentes al jaripeo ranchero. Como si se tratara de pordioseros. Humilló literalmente, a los habitantes de esa comunidad.
3.- Conforme pasó el tiempo, la inseguridad y la violencia se convirtieron en amenazas no solo para los gobernados de la capital, sino para el propio alcalde. Así, el 13 de enero de 2016, Leyva Mena se presentó ante la PGR para denunciar amenazas del crimen organizado en su contra y también de su familia. Dijo que presentó pruebas de seis amenazas que recibió vía telefónica, donde le exigían un beneficio económico y que además, permitiera a grupos delictivos ser parte del gobierno municipal. Irónicamente, la autoridad acudía a otra autoridad a denunciar. Como cualquier ciudadano común. Hasta la fecha, la PGR no ha respondido a esa ridícula denuncia.
4.- Uno de los crímenes que más impactó a la administración de Leyva Mena, fue el del líder de los comerciantes del mercado central, Juan Serrano Moreno, ocurrido la noche del lunes 4 de abril de 2016 en la colonia Guerrero 200, justo cuando llegaba a su domicilio. El homicidio como muchos otros, quedó impune.
5.- El ayuntamiento de Chilpancingo ha estado muchas veces secuestrado. Tanto por los dos sindicatos –el legal y el independiente-, que por colonos inconformes con la falta de resultados del edil. Pero fue un evento en particular el que reveló la soberbia, la intolerancia y el autoritarismo de Leyva Mena: reunido con habitantes de colonias populares en julio de este año, les increpó: “Si me va usted a estar gritando pues mejor me voy, si me va usted faltando al respeto en mi casa que es el Ayuntamiento, me voy y entonces aquí acabamos la reunión y entonces ya cuando me respete, entonces ya vuelvo”. ¿Desde cuándo se legalizó la propiedad física de los ayuntamientos a favor de los ediles? Aberración pura.
6.- Chilpancingo es un caos. Acumula grandes montañas de basura por todos lados. Calles y avenidas sumidas en la oscuridad por falta de alumbrado, así como profundos y multiplicados baches. Descuido y abandono de parques y jardines. Deficiente servicio de agua potable. Cierre de más de 80 comercios por la inseguridad. Desorden y anarquía por todos lados. Y como corolario, el Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) le dio a Chilpancingo el pasado martes, el nada honroso segundo lugar nacional en peores ciudades para vivir. Reprobó a Marco Leyva con una puntuación de 31.6 puntos. 7.- Finalmente, el edil capitalino evidenció otra vez su intolerancia al no fijar postura en torno a la agresión de la reportera, Beatriz García de El Sur, por parte de uno de sus guaruras. Con ello, se echó encima a un gran segmento de la prensa local. Y por otro lado, su ausencia de oficio político fue evidente al entregar su primer informe no al Congreso local, sino ¡¡al secretario particular del gobernador!! Y esa, es una mala señal. Como MAL ha hecho su papel. Por eso, su primer informe será hueco. Carente de contenido. Y como el Rey Desnudo, sólo él no lo ve.
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