(fOTO: trasfondoinformativo.blogspot.com)
En el PRI la corrupción suele ser cíclica. Y luego de los millonarios desfalcos y peculados practicados en dependencias públicas, abrevan de ellos sus anteriores saqueadores para obtener beneficios políticos. Parece una novela dantesca. Pero esa es la triste historia que hoy se repite en la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco (Capama), que ha sido eternamente robada y hoy enfrenta complicados déficits financieros. Basta con pulsar los antecedentes para entender como el cinismo de unos cuantos, se convierte en olvido deliberado. Y termina transformado en arma política.
FERMÍN: AMNESIA CÍNICA.- El dirigente municipal del PRI, Fermín Alvarado Arroyo, está desatado. Su consigna política parece muy clara: pegarle con todo al edil perredista de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre. Y evalúa que puede hacerlo a través de un asunto que personalmente ya conoce muy bien: la crisis financiera de la Capama. Hay que ir por partes para entenderlo mejor:
1.- De entrada, a Fermín se le olvidó que fue uno de los principales saqueadores de esa paramunicipal porteña. Y por esa razón, siendo titular de la Capama en el periodo municipal de Juan Salgado Tenorio –y cuando gobernaba interinamente Ángel Aguirre Rivero-, el edil se vio forzado a exigirle su renuncia ante las evidencias de algunos desfalcos millonarios, la cual se concretó el 23 de abril de 1997. Sin embargo, varios de sus familiares entablaron juicios laborales contra la paramunicipal. Y ganaron. El ex edil perredista Zeferino Torreblanca, afirmó en octubre de 2002 –sin dar nombres-, que “políticos que dirigieron la Capama ganaron un millonario juicio laboral porque desde la dirección de la paramunicipal se manejó a las autoridades laborales para que el laudo fuera favorable”.
2.- La Capama atravesó por otra de sus crisis financieras más severas en 2007, cuando gobernaba la comuna porteña el perredista Félix Salgado Macedonio. La crisis llegó al extremo de propiciar la renuncia del entonces director de esa paramunicipal, Miguel Ángel Castro Salas. Un año después, el PRD perdería la alcaldía frente al PRI. Es decir, Fermín Alvarado conoce los intestinos de la Capama. Y por esa razón la estaría utilizando como parte de su estrategia política personal paras generar desgastes contra sus adversarios políticos. De muestra, un botón: en junio de 2014 y siendo delegado federal de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), reveló que la paramunicipal ocupaba el segundo lugar en quejas ante dicha dependencia. Trataba de algún modo, de encontrarle el punto vulnerable a la administración presidida entonces, por su verdugo electoral en la elección de julio de 2012, Luis Walton Aburto. Pero otra vez, su partido se quedó en el camino.
3.- Un punto es digno de considerarse en este contexto: mientras el gobernador Héctor Astudillo Flores, hizo una tregua política con el alcalde perredista, Evodio Velázquez Aguirre, la jauría política de Manuel Añorve, se desató contra el edil del PRD. Comenzando por el propio Fermín Alvarado, quien desenterró el hacha de guerra desde su arribo como dirigente del PRI porteño. Hasta el dirigente estatal del PRI, José Parcero López, una pieza de indiscutible pertenencia política a los establos tanto de Manlio Fabio Beltrones, como del propio Añorve. Es decir, la batalla política de Evodio con el gobernador se atemperó. Pero eso no significaba que Añorve haría lo mismo, dado que su ambición política se centra en tres posiciones de poder claves para la pelea por el gobierno estatal en 2021: la dirigencia estatal del PRI; su nominación como candidato al Senado en el primer lugar de la fórmula tricolor derivado de lo anterior; y la alcaldía de Acapulco para la misma elección de julio de 2018, empujando a su esposa, Julieta Fernández Márquez. Es el fondo de la disputa y la polémica por la Capama.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Como si no fuera suficiente con la ausencia de servicios derivados de su ineficacia, el alcalde priísta de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena, abre avenidas principales y prolonga los trabajos en esas obras, causando más que reconocimiento, irritación y malestar. Y luego, uno de sus guaruras golpea a la reportera, Beatriz García. Y la policía municipal le encadena a una silla al director del subsidio para la seguridad de los municipios, Efraín Zúñiga Cortés, acusándolo de desviar recursos. Con todo, el edil y su séquito de regidores y síndicos, se auto elogian y premian. ¿Quieren el Congreso local y el mandatario estatal, más evidencias para botarlo de la alcaldía?
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