El problema más visible es que ninguno de los dos ha mostrado resultados convincentes hacia sus votantes. Y el espacio natural para ventilar la cultura política de las incompetencias en la función pública –muy arraigada en una sociedad guerrerense que no exige resultados de sus representantes populares y con ello, se auto anestesia políticamente-, fueron esta vez, las redes sociales. Sin embargo, el más raspado fue el gobernador Héctor Astudillo Flores, al caer ingenuamente en la trampa política tendida por el senador perredista Armando Ríos Piter, un aventurero de la política que está a la espera de eso justamente: la oportunidad para explotar y sacarle provecho a la coyuntura. Hay que puntualizar en el fondo de esta fugaz pero desgastante batalla política twitera, para entender lo estéril y absurda de la misma. Pero también, los costos políticos de la misma.
CABLES PARA LA MISMA CORRIENTE.- No es que el senador perredista Armando Ríos Piter, se esté quedando sin chamba –pues le faltan más de dos años para que concluya su papel como Senador-, sino que, a falta de voces partidistas locales que cuestionen el desempeño del gobernador Astudillo, en la coyuntura de su primer informe de labores –previsto tentativamente para el próximo 13 de octubre-, Ríos Piter debió evaluar que la coyuntura era idónea para lanzar uno de sus zarpazos políticos en contra del mandatario estatal tricolor. Pero los hechos terminan ubicando a cada cual en el descompuesto riel por donde caminan. Y se lee así:
1.- Por elemental estrategia política, el gobernador priísta no debió responder el duro mensaje twitero de Ríos Piter. Al brincar al ring, ponerse los guantes y atacar con uppercuts, demostró no solamente falta de cordura política, rencor y una visible intolerancia hacia quienes lo cuestionan, sino que exhibió una realidad mucho más deprimente al interior de su apretado círculo de poder tricolor: que ninguno de sus cercanos colaboradores le está ayudando, asesorando ni alumbrándole el camino frente a los escenarios de crisis política que le revientan coyunturalmente. Y los desgastes en los medios de comunicación y en las poderosas redes sociales, los tiene que enfrentar, asumir y digerir, él solo.
2.- Más allá de los magros resultados de Héctor Astudillo, como gobernador de esta entidad guerrerense que no sale de su atraso; gobernada por administraciones priístas y perredistas que endulzan reiteradamente el oído de multitudes empobrecidas y prometen concretar realidades de ficción; el calificativo de “cobarde” –que no debió decirlo Astudillo, sino uno de sus colaboradores- endosado a Ríos Piter, le quedó muy bien. No solo porque enmudeció literalmente, ante los nefastos hechos de Iguala del pasado 26 y 27 de septiembre de 2014, sino porque sus actos así lo desnudan en otros eventos políticos. Hay tres recientes:
A) Abandonó la pelea por el gobierno estatal, cuando todas las encuestas lo ubicaban como el puntero en las preferencias ciudadanas. El escenario en la intención del voto a su favor, era inmejorable. Nunca explicó los motivos políticos por los que decidió salirse de la contienda. Y negarle al PRD, la posibilidad de retener el gobierno estatal en la elección de junio de 2015. ¿Tuvo miedo? Como sea, se observó cobarde.
B) Desde esa fecha, escasamente se dejó ver por la entidad. Ni siquiera se sumó a la campaña electoral por el gobierno estatal, de su compañera perredista Beatriz Mojica Morga. ¿Tendió algún acuerdo político inconfesable con el presidente Peña Nieto o incluso, con el propio Héctor Astudillo, a fin de que Bety caminara sola? Otra vez se volvió a percibir como un cobarde.
C) Los mismos resultados que cuestiona del gobernador Héctor Astudillo, terminan alcanzándolo. Porque como Senador, su trabajo legislativo no impactó sobre las duras realidades guerrerenses. Al contrario: al avalar con su voto legislativo, las reformas estructurales del presidente Peña Nieto y dar la espalda a sus representados guerrerenses, se observó no solo como un traidor, sino como un cobarde. En realidad, tanto el gobernador Héctor Astudillo, como el senador Ríos Piter, son cables que se alimentan de una misma corriente. Y no hay manera de unirlos sin que provoquen un cortocircuito.
HOJEADAS DE PÁGINAS…De los cinco municipios más violentos de la entidad –Acapulco, Chilpancingo, Iguala, Chilapa y Coyuca de Benítez-, solo uno de sus alcaldes ha rendido su primer informe de gobierno: Evodio Velázquez, de Acapulco. De los otros cuatro, no se sabe qué es lo que van a informar. O de plano, terminarán renunciando a realizarlo. Porque también están duramente reñidos con los resultados. (Foto: www.ndmx.co)
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