En la Ley Orgánica del Poder Legislativo del Estado de Guerrero, número 286, que regula el funcionamiento del Congreso local, no se consideran las “reuniones explicativas” promovidas por parte de un determinado alcalde, con el fin de que sean los diputados locales quienes resuelvan el problema que plantea. De hecho, no está dentro de sus atribuciones. En el artículo 8 fracción 30 de dicha Ley, se plantea en todo caso, que el Congreso puede “hacer comparecer a los Presidentes Municipales a efecto de informar sobre la marcha general de la administración y sobre cualquier asunto relacionado con ésta”. Y ya en la comparecencia, el funcionario municipal expone un breve informe de esa problemática y los diputados locales formulan preguntas a través de sus respectivas fracciones parlamentarias y representaciones de partidos.
Al final, el pleno del Congreso local emite una opinión respecto de esa comparecencia. Pero no le endereza la plana ni se involucra con la resolución de ese asunto, pues se entiende que para eso fue investida como autoridad municipal: para resolver problemas, no para hacerlos más grandes.
Sin embargo, esa desproporcionada idea fue la que intentó vender el alcalde priísta de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena, cuando ayer se reunió con diputados locales. De ahí se abren las lecturas.
ERROR DE PROCEDIMIENTO.- Justo cuando algunas voces dentro del Congreso local consideraban llamarlo a comparecer ante el abandono en que mantiene a la capital del Estado por la marcada ausencia de servicios, obras y seguridad pública, el edil priísta de Chilpancingo, mandó un oficio a la presidenta de la Comisión de Gobierno, Flor Añorve Ocampo, fechado el 6 de septiembre pasado, en el que expone “dar a conocer el proyecto denominado Centro Intermunicipal de Separación y Aprovechamiento de Residuos Sólidos, que se pretende ejecutar en la comunidad de Metlalapa, municipio de Tixtla, Guerrero, con la intención de fortalecer la información, despejar dudas e intercambiar opiniones sobre él mismo”.
Pero al final, Leyva Mena demandó la creación de una Comisión de Intermediación legislativa, con el fin obvio de persuadir al edil perredista tixtleco, Hossein Nabor Guillén, para que permita tirar la basura de la capital, en ese relleno sanitario. De ahí se abre lo demás:
1.- A pesar de haber fungido ya como diputado local, Leyva Mena, reprobó a su paso por ese recinto. No solo porque alteró el procedimiento legislativo –que debía conocer-, sino porque pretende que sea el Congreso local el que resuelva un problema del cual careció de cabildeos, sensibilidad y oficio político para arreglarlo.
Es decir, no es un asunto de los diputados, sino estrictamente suyo. En todo caso, el siguiente y urgente paso del Congreso local, consiste en llamarlo a cuentas para revocarle el mandato ante su visible incompetencia como alcalde de una ciudad estratégica guerrerense, aquella donde se asientan los Poderes del Estado.
2.- De acuerdo a la Ley Orgánica del Municipio Libre, el Congreso local está facultado para resolver los problemas de límites territoriales en los municipios. Pero no para imponerle a otro alcalde, decisiones que la autoridad municipal está obligada a defender justamente, como parte de la preservación de su territorio, de su personalidad jurídica y de su patrimonio propio.
En este sentido, el Congreso local no puede ordenar al alcalde perredista tixtleco, Hossein Nabor Guillén, que le permita tirar dentro del territorio ubicado en el municipio tixtleco, la basura generada en el municipio de Chilpancingo. Por elemental sentido común. La controversia tendría que pasar hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Y Leyva Mena no tiene tiempo para eso. Ya se le acabó. Está reprobado también, como alcalde.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Justo cuando el gobernador Héctor Astudillo, anunció que en un mes, la violencia había disminuido hasta en un 30 por ciento en los cinco municipios más críticos de la entidad, los homicidios comenzaron a dispararse en Chilpancingo e Iguala. Es como si la delincuencia organizada le llevara la contraria en la coyuntura de su primer informe de gobierno. Los poderes fácticos juegan su propia cancha. Pero sobre todo, sus propios intereses.
(Foto: bajopalabra.com.mx)
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