De un momento a otro estallará un motín en el Centro de Readaptación Social de Acapulco debido a la inconformidad de la población carcelaria ante las medidas restrictivas implementadas por el director del penal, Juan Pablo Roldan Minero, quien ha confundido al centro de readaptación con un campo de concentración militar y viola los derechos humanos de reos, sean hombres o mujeres y de las visitas de éstos, sin importarle sean menores de edad o de la edad avanzada.
En comunicados que han sido entregados de manera anónima a reporteros de la ciudad se acusa al director del penal de abusos graves en contra de las visitas de los internos; reducción en las porciones alimentarias asi como cambio en las dietas; prohibir la introducción de alimentos por parte de familiares de los internos; reducción a tan solo 40 cubículos para la visita conyugal en un centro donde la población es de dos mil 600 personas y el cobro de trescientos pesos por ese derecho.
Las denuncias se hicieron llegar en manuscritos sacados de manera clandestina del lugar y denuncian que el director ha traído para su custodia a un grupo de personajes que no pertenecen al cuerpo de custodios del penal. Éstos personajes se pasean por todas las instalaciones internas del penal portando armas cortas y largas, lo que representa un grave riesgo para la vida de los mismos internos
Roldán Minero es teniente coronel del Ejército mexicano y antes de llegar al CERESO de Acapulco ocupó la dirección de un penal en Cieneguillas, Zacatecas, de donde salió luego de un motín que dejo al menos una persona muerta. Allá, como aquí, el militar impuso medidas mas parecidas a las de un cuartel militar que a un Centro de Readaptación Social.
En cinco comunicados clandestinos los reos denuncian el hostigamiento a las visitas; de tocamientos en sus partes íntimas a las mujeres; de cerrar la puerta de las visitas a las dos de la tarde y dejar fuera a muchas personas; de limitar a cuatro productos por persona la despensa que llevan a sus familiares; de impedir el acceso a hijos de los reclusos; de cobrar en 300 pesos la visita conyugal y de reducir a 40 cubículos los destinados a la visita conyugal, cuando la población es de dos mil 600 personas.
También denuncian que ha quitado fuentes de empleo; de entregar medicamento caducos en el hospital; de cobrar 500 pesos quincenales como renta a los negocios que ahí funcionan; de impedir actividades deportivas a las mujeres internas a las que llama en público como “putas”; de eliminar horarios de escuelas para internos; de obligar abrir todas las latas de comida, con lo que ésta se echa a perder; de expulsar a los hijos de internas que ahí vivían; desapareció la escuela para hijos de internos; prohibió las relaciones sentimentales entre internos e internas y de amenazar a los internos con enviar a un orfanatorio a los hijos que sean expulsados y no tengan familia en el exterior.
En otro comunicado se denuncia que la comida que se da a los internos bajó de calidad desde la llegada del teniente coronel. Les redujeron a tan solo cinco tortillas su ración; ya no les dan fruta; les dan pozole con granos de maíz flotando, chicharrón agrio en agua, sopa nadando en agua, una salchicha hervida, sopa de arroz con un huevito, caldo de pollo crudo y con tripas que huelen a descomposición; les dan carne de caballo, atole de masa hervida; eliminó los bolillos.
Los internos le hicieron saber de sus inconformidades al teniente coronel y éste les respondió burlonamente que “la comida que aquí les damos es para que sobrevivan, no para que engorden, cabrones.”
En otro comunicado denunciaron que al interno Irineo Cortés le violaron sus derechos humanos el pasado 20 de febrero. Sus familiares Ana Wendy Celis Tinoco, de 14 años de edad y Adilene Mejía Solís de 29 años de edad, originarios de El Paraiso, Atoyac, fueron expulsadas sin razón alguna. Las jovencitas visitaban a su familiar luego que habían perdido a toda su familia de manera trágica. Y les impide el ingreso de manera permanente.
Al igual que el caso anterior existen al menos ocho casos de violaciones graves a los derechos humanos que han sido debidamente documentadas y presentadas ante las instancias correspondientes.
Los internos exigen la destitución del teniente coronel Juan Pablo Roldán Minero debido a sus abusos ya que cuando estuvo en Cieneguillas, Zacatecas, con el mismo cargo en el penal de aquella comunidad también abuso y provocó un motín durante el cual murió una persona y cuatro mas resultaron gravemente heridas.
Los hechos sucedieron el 28 de septiembre del año pasado en aquella ciudad y las causas del motín fueron por las mismas actitudes que ha asumido en Acapulco. Los internos recuerdan que en Acapulco no ha habido fugas ni motines y que en los últimos años se vive en armonía pero que por culpa de las políticas de cuartel militar “nuestras familias se encuentran en riesgo”.
Los internos le piden al gobernador del estado una investigación de sus denuncias ante el riesgo de que de un momento a otro los internos se amotinen para evitar los abusos de que son objeto por parte del teniente coronel y sus comandos armados que se pasean por el penal a todas horas.
Los denunciantes hicieron saber que recurren a la autoridad local pues el teniente coronel los intimida al asegurar que su nombramiento tiene el respaldo de la federación y que “las autoridades de aquí son del fuero vulgar y yo soy del fuero federal”, dicen que amenaza constantemente.
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