Pages Beatriz
Porfirio Muñoz Ledo, el político que limpió el camino para que López llegara al poder, el diputado que como Presidente de la Mesa Directiva le entregó la banda presidencial, el que consideraba al candidato triunfante un “personaje místico, un cruzado, un iluminado, el hijo laico de Dios y un servidor de la Patria”, hoy lo considera… un narco.
Al presentar la fundación Nueva República, Muñoz Ledo señaló que había “sospechas fundadas y claras, evidencias” de que existe un evidente contubernio entre esta administración y el crimen organizado y que debería iniciarse una investigación a través de una Comisión Independiente de la Verdad.
Esta no es la primera vez que uno de los promotores más importantes de Morena acusa al presidente de tener vínculos con la mafia.
En la reunión plenaria de la COPPPAL celebrada el pasado 2 de junio lo dijo, incluso, con más contundencia:
“La pista se le acaba”, al presidente.
“Piensa que puede heredar su asociación con los delincuentes y que eso le otorga más poder”.
“Los recursos del gobierno federal se suman a los del narcotráfico”
“López Obrador debe entender que su contubernio con el narcotráfico no es heredable”.
“Se van a entender con el que va a llegar”
“El narcotráfico ya no va a necesitar del presidente.”
Muñoz Ledo está revelando hechos muy graves que llevan a hacer una pregunta necesaria:
¿López se alió al crimen organizado una vez que llegó a la presidencia o el crimen le ayudó a ganar las elecciones y por eso instituyó la política de “abrazos, no balazos” para garantizar su impunidad?
Si la Comisión Independiente de la Verdad llegara a demostrar que López ganó con dinero “sucio” procedente de la venta de droga o a través del activismo de las bandas criminales –como sucedió en las elecciones intermedias del 2021- , entonces se llegaría a la conclusión de que México está ante un presidente ilegítimo que llegó al poder para facilitar la instauración de un narcoestado.
Las revelaciones del ex diputado de Morena deberían ser tomadas con más seriedad por la oposición y los medios.
No son palabras al aire, ni simples ocurrencias. Muñoz Ledo no es, además, el único que ha hecho aseveraciones de este tipo.
El Jefe del Comando Norte de Estados Unidos, Glen VanHerk, el senador norteamericano Marco Rubio, la carta que presentaron PAN-PRI-PRD ante la OEA para denunciar la intromisión de la delincuencia en los comicios, son algunos de los muchos indicios de que este régimen permite la expansión y hace negocios con el crimen.
López ha traicionado a su movimiento.
La transición democrática y la Cuarta Transformación fueron utilizadas por López como un mero instrumento para instaurar una tiranía personalista sostenida con el poder de la delincuencia organizada.
Muñoz Ledo dice que López pretende heredar a su sucesor o sucesora esa alianza criminal, pero que eso no es heredable.
Quien sabe.
El presidente está haciendo los arreglos necesarios para mantenerse en el poder a través de un Maximato y eso tendría que incluir necesariamente más posiciones a la camorra.
¿Cuántas de las patas de la silla presidencial están hoy sostenidas con ayuda de los cárteles?
México es hoy en muchos sentidos un Estado fallido, con las instituciones entregadas a la ilegalidad y sin voluntad para defender a las instituciones.
Muñoz Ledo le está diciendo a la oposición que en el 24 la contienda no solo será entre partidos sino contra el poder del crimen y que estará en juego no solo la alternancia sino el rescate de la república.
Los traidores a la patria no son los que piden cumplir con los acuerdos del T-MEC, el verdadero felón está en Palacio Nacional dedicado a entregar el país al narcotráfico
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