Por César González Guerrero.
En los pueblos pobres y comunidades campesinas del mundo, hay familias que sufren y carecen hasta de lo más indispensable, pero paradójicamente, de ahí surgen personajes, hombres y mujeres, que desde su nacimiento humilde, logran alcanzar exitosamente sus objetivos, superando todo tipo de adversidades.
Así se pueden escribir muchas biografías, como es el caso de Sabina. Mujeres como ella que el destino las marca como mujeres guerreras.
Desde una digna madre soltera, viuda o separada, que, desde su infancia, tienen la experiencia de ser niñas trabajadoras, expuestas a todo tipo de explotación, maltrato y abusos, que al final, a pesar de todo y después de todo, ahora se honran con sus logros.
Ahora, esas mujeres, con la frente en alto y con orgullo, son un ejemplo de valor, coraje y entereza.
Casos como el de Sabina, en la vida real, son muchos y es por ello que considero pertinente reconocer a estas mujeres que en la batalla diaria han demostrado y seguramente seguirán demostrando, el valor moral y principios ante una sociedad que en ocasiones, no les aprecia.
Sabina Guerrero Barreto nació el 27 de octubre de 1940 en el pueblo de Copala. Sus padres fueron Adulfo Guerrero Figueroa y Josefa Barreto Céspedes. Sus abuelos paternos fueron Isauro Figueroa García y Teodora (ma lola) Guerrero Aparicio; mientras sus abuelos maternos fueron Melquíades Barreto y Francisca Céspedes.
Sabina ocupa el 4to lugar de 10 hermanos: Adulfa Solfina (Julia), Dieguito, Vicente, Reyes, Teodora, Roberto, Gloria y Servando.
Quienes aún viven, y también los que han fallecido, por supuesto, tienen su propia historia, que en próxima oportunidad espero podamos escribir como ejemplos para las nuevas generaciones.
Sabina Guerrero Barreto hoy, a sus 81 años disfruta de sus hijos: Andres (Andy) Jhonson; Martin Miguel, Marco Antonio, Norma González; María del Rosario Villanueva; Armando Rodríguez y Sarahi Clemente, rodeada de 21 nietos y 12 Biznietos.
Sabina fue una mujer que desde su nacimiento inicia una lucha constante por vivir y llegar a un desarrollo profesional pero lamentablemente la situación económica no le permitió ese objetivo y sólo estudió hasta el 3ro de primaria, dedicándose a trabajar desde los 8 años.
Sus primeros años en la comunidad de El Carrizo en donde sólo estudió el Silabario y años más tarde se trasladaron a la localidad de Coacoyulichan Mpio. de Cuautepec, en donde se dedicó a trabajar de "nana" de la familia Figueroa y haciéndose responsable, al igual que sus demás hermanas y hermanos, también apoyaron en las actividades del hogar en virtud de una larga enfermedad de su madre.
En busca de mejores horizontes la familia completa llega a acapulco a trabajar en la hotelería. Ahí se inscribe a primer año de primaria, pero por su capacidad la aceptan en 3er año. Hasta los 20 años, la joven, bella y talentosa mujer conoció a Williams Jonhson padre de su primer hijo Andy.
De regreso a Copala, en 1960, la familia se establece en la comunidad de Las Lajas, en donde como mujeres campesinas también demuestran sus capacidades, habilidades y destrezas.
Ya en Copala, quizá por su talento y belleza, junto con su hermana Solfina promueven las inolvidables ferias populares y formando equipos de trabajo con otras jóvenes de su época, instalan las famosas "ramadas" en donde se ofrecían espacios de esparcimiento al público en general, trabajando honradamente para seguir apoyando la economía familiar.
En ese contexto, fue apoyada por Don Miguel González Aparicio, que a su vez fue el padre de sus siguientes 3 hijos.
Al fallecer Don Miguel, se dedica a trabajar siempre con dignidad y esfuerzo en los "palenques" de la Costa Chica para seguir apoyando a su familia. Éste trabajo lo realizó con mucha honestidad y responsabilidad y ahí están los resultados con sus hijos profesionales destacados y de prestigio, y con la frente en alto reconocen todo el esfuerzo y sacrificio de Sabina.
Mujeres como Sabina pueden haber muchas en México y Guerrero. Mujeres dignas y de lucha como Sabina merecen el respeto y reconocimiento tanto de las Autoridades como de la Sociedad.
Sabina es ejemplo de coraje, valor, fortaleza física y espiritual y orgullo de la familia Guerrero. Más en esta ocasión en que su nieta querida y talentosa Joselin López cumple sus XV años.
¡¡Felicidades, Familia Guerrero Barreto!!
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