La hermandad de Bernardo y Sebastián
Las dos últimas coordinaciones perredistas en el Congreso local, se han instalado en las vertientes del morbo y el escándalo público. Porque tanto el actual presidente de la Comisión de Gobierno, Bernardo Ortega Jiménez, como el recién nombrado, Sebastián de la Rosa Peláez, esconden y tratan de ocultar bajo su pestilente alfombra, historias personales que los vinculan de algún modo, con escenarios delictivos. Nada más es cuestión de enganchar algunos puntos para ubicar el declive irreversible del PRD y de sus tribus, por permitir y avalar el enquistamiento en el poder, de personajes con este tipo de torcidos y oscuros currículos políticos.
ORTEGA Y DE LA ROSA: PARALELISMOS.- Los perredistas Bernardo Ortega y Sebastián de la Rosa, se han metido en el ojo de la polémica. Sin reposo alguno. Y se mide así: 1.- El primero de ellos llegó a la presidencia de la Comisión de Gobierno en 2012, envuelto en el escándalo. A sus hermanos Celso y Antonio, se les señaló de pertenecer a cierto grupo delictivo que opera entre los municipios de Chilapa y Quechultenango. La revista Proceso y la vox populi los identificó como Los Ardillos. En su descargo, Bernardo Ortega se deslindó abiertamente de sus consanguíneos: “Si son mis hermanos yo exijo y pido que los detengan, que se haga justicia. Yo acudo ante las instancias correspondientes a declarar y me deslindó de todo aquello que pudiera relacionarme. Si ellos violaron la ley y son criminales, yo no tendría por qué defenderlos. Porque no se me hace justo que muera gente inocente”. Con todo, la tribu los chuchos de NI, decidió que Bernardo ya no era rentable en términos electorales. Y por eso decidió cancelarle la posibilidad de competir como candidato del PRD a la diputación federal por el distrito 7 de la región centro, en la pasada elección del 7 de junio. Ortega Jiménez se quedó esta vez, en la fría banca. Y por eso se entiende que los diputados locales que ya se van, intentaran negociar con el gobierno estatal, un bono de retiro por la bicoca de 10 millones de pesos para cada legislador. Las señales indican que no se cumplió su capricho. O les bajaron la cifra. Porque al final se irán sin discutir ni aprobar la Ley de Amnistía, la creación de 4 municipios y los matrimonios entre iguales. Sin embargo, perredistas como Bernardo Ortega regresan muy pronto a la rueda del poder político en ese partido. Y no se descarta que otra vez lo haga. Con el apoyo desde luego, de las demás tribus. Incluso, la de los chuchos de NI, que quita, pero también da. 2.- Al diputado plurinominal y recién electo coordinador de fracción perredista, Sebastián de la Rosa Peláez, lo persiguen dos palabras: cínico y valemadrista. Porque a sabiendas de que arrastra un expediente político que lo vincula con el delito a través de sus apoyos al defenestrado ex edil igualteco, José Luis Abarca Velázquez, no se muerde la lengua cuando demanda crítica y de ahí propuestas, pero sin quedarse girando en la crítica permanente. Es decir, los padres de familia de los 43 de Ayotzinapa deben dejarla de lado. En ese sentido, la propuesta más viable e inteligente es que no asuma la coordinación de fracción perredista. Y que por congruencia con los principios de la izquierda, renuncie a la propia curul local. Pero es una utopía, dados sus adictivos e insaciables apetitos por el poder. Luego, asume que su designación como Coordinador de fracción, se dio por consenso de los demás diputados. Cuando todos los legisladores perredistas se percataron que presionó hasta el cansancio con tal de quedarse en esa posición, clave en la negociación política y venero por donde fluyen los millones de pesos. Así, Sebastián y Bernardo están hermanados por el escándalo. Y su jubilación política parece lejana en un PRD tumefacto y a punto de extinguirse.
HOJEADAS DE PÁGINAS…El presidente del PRI en el municipio de Ajuchitlán del Progreso, Santana Duarte Fuentes, demanda regularizar la siembra y el trasiego de droga. Lo que no dice, es cómo pretende regularizar a los grupos delictivos que se disputan las rutas de la producción de enervantes. Y cómo frenará los excesos de las personas adictivas a ese vicio. Sin duda, Duarte Fuentes se quedó corto, muy corto.
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