La aspiración de los acapulqueños ha sido desde siempre vivir en una ciudad del primer mundo, aspiración que se ha ido a lo mas profundo del pozo de los deseos incumplidos. Esto lo decimos porque en los últimos meses la falta de servicio de agua potable se ha extendido a mas de la mitad de la población sin que se de explicación alguna del porqué de esta disminución del vital líquido en las casas de las familias porteñas. Lo mismo se quejan del pésimo servicio y de los cobros excesivos.
Asimismo se quejan de la ausencia del servicio de recolección de basura pues cada día se notan mas puntos negros a lo largo y ancho de las principales arterias de esta ciudad turística. Y no se diga de la ausencia del servicio del alumbrado público que pone punto final al cuadro del terror, al propiciarse con esta irregularidad que los ciudadanos de a pié sean asaltados y vejados por la delincuencia común, la cual por cierto se encuentra en franca libertad para hacer y deshacer a sus anchas, pues todas las policías se encuentran ocupadas con el conocido e inoperante ‘operativo Guerrero seguro’, mismo que el propio gobernador Aguirre ha solicitado reforzar y particularmente ha pedido que los uniformados cumplan a cabalidad con su función de proteger a los guerrerenses tanto del crimen organizado como de los delincuentes comunes.
Y todo esto que sucede en esta ciudad y puerto de Acapulco debería ser responsabilidad de la presidente municipal, Verónica Escobar, pero sin embargo, no lo es así, ya que la herencia que le dejó el ex alcalde Manuel Añorve Baños es verdaderamente patética e indescifrable, ya que según se tiene información las arcas del Ayuntamiento de Acapulco quedaron vacías, los adeudos que tiene el municipio son enormes y se dice que ascienden a mas de mil millones de pesos y que los pagos a los acreedores son también demasiado abultados y por lo mismo, la edil no tiene de donde echar mano para enfrentarlos con éxito.
Ya no se diga el problema del agua potable que es de los mas sensibles pues la población no puede subsistir sin el vital líquido y la paramunicipal enfrenta adeudos enormes pues ha seguido funcionando como la caja chica de los ediles y esto lo pueden confirmar tanto el ex alcalde Manuel Añorve como el aspirante del PRI a la presidencia municipal de Acapulco, Fermín Alvarado Arroyo, quienes fueron directores de la CAPAMA y contribuyeron con su grano de arena a hacer mas grande el hoyo en dicha empresa que está al borde de la quiebra y que ahora sí, no hay quién la pueda salvar, pues el gobernador Aguirre no ha dicho nada al respecto porque no le conviene.
Lo mismo sucede con la recolección de la basura donde hay problemas no solo financieros sino también laborales y no hay autoridad que pueda arreglar el entuerto.
En alumbrado público lo que se puede informar es que no existen ya los recursos que se habían presupuestado para este año para que la ciudad estuviera alumbrada y para que propios y extraños pudieran disfrutar de sus calles y avenidas, lo cual hoy definitivamente es un peligro para todos, sin soslayar el problema de la violencia prohijada por el crimen organizado.
Esperemos que la alcaldesa pueda lanzar un SOS al gobernador y al presidente Calderón para que le echen la mano y pueda salir airosa de este monumental problema que le heredó el ex alcalde y hoy flamante candidato plurinominal del PRI a diputado federal, Manuel Añorve Baños.
Periodista/Analista Político*
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