*¿Con la llegada de más elementos de la Guardia Nacional, Marina y Ejército Mexicano a Chilpancingo y Acapulco disminuirá la violencia?
Por Pedro Arzeta García Foto: https://www.publimetro.com.mx/
Un amigo me contó, que cuando salió de su casa unas personas a bordo de una camioneta lo empezaron a seguir, él manejaba su Volkswagen del año 68, nervioso se enfiló por el encauzamiento del río Huacapa, a lo lejos observó una camioneta de efectivos del ejército mexicano, todos uniformados, armados, con cascos, botas de acero, todos checando sus celulares. Se acercó y les comentó abiertamente que lo venían siguiendo, que tenía miedo. Incluso dice que señaló al carro que lo seguía.
El quejoso esperaba quizás que los detuvieran, que los revisaran o que mínimo lo protegieran pero, no. Solo le dijeron “vamos a revisar” y se fueron.
Yo escuché su narrativa en torno a una taza de café de Atoyac, bien caliente, sin azúcar y con pan de concha de vainilla y me quedé anonadado. Por eso es que planteó la pregunta. ¿Con la llegada de más elementos de la Guardia Nacional, Marina y Ejército Mexicano a Chilpancingo y Acapulco disminuirá la violencia?
¿Cuál realmente es su función operativa? ¿cómo ciudadanos nos podemos acercar, pedirles ayuda? Y sobre todo ¿nos podemos sentirnos protegidos? YO, espero que sí.
Siempre es importante estar atentos a los eventos importantes porque se ocupan como distractores de lo que realmente pasa en nuestro entorno. Luego de la eliminación de la selección mexicana del mundial de Qatar 2022, en México hemos vuelto a la realidad, el espiral de violencia no cesa, diario se contabilizan asesinatos, desapariciones y ahora con robo de niños que a un no nacen, como sucedió en el estado de Veracruz. Una joven de 20 años de edad y ocho meses de gestación fue asesinada, le extrajeron a su bebe. Afortunadamente los responsables están detenidos.
En Acapulco el fin de semana nueve asesinatos, en Chilpancingo se contabilizaron tres, mientras que el estado de Guanajuato la violencia se acentúa con mayor celeridad, los habitantes deben sortear balaceras a cualquier hora del día al igual que los alumnos del nivel básico.
A Chilpancingo han llegado más de 500 elementos de la guardia nacional para reforzar la seguridad. El asesinato de los jóvenes en el parque Skate movilizó a las fuerzas policiacas del estado y municipio y de inmediato pusieron en marcha operativos en diversos puntos de la ciudad capital para garantizar la seguridad a los ciudadanos.
Lamentable fue la muerte de un abogado que en cumplimiento de su trabajo perdió la vida. Podemos seguir contando historias siniestras que nos lleven a visualizar los avances o retrocesos que en materia de seguridad presenta el país con un gobierno emanado del pueblo. Con un presidente como Andrés Manuel López Obrador que, presume el respaldo popular y mantiene firme su decisión de “abrazos, no balazos”. Añadiendo que no cambiará la estrategia a pesar de que en cifras, su gobierno ya rebasó el número de muertos de los ex presidentes Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.
Este es el México real, este el México que suma voluntades a favor y en contra de la Cuarta Transformación. Las políticas de seguridad, de salud y social se dictan desde palacio nacional. Poco o nada puede hacer un municipio como Acapulco y Chilpancingo y estados como Guerrero y Guanajuato si no se destinan recursos y menos si se establecen los abrazos como parte de una estrategia combativa a todas luces fracasada.
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