Por Salomón García Gálvez Caricatura: https://plumaslibres.com.mx/
El presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, ya se metió en un peligroso laberinto, y se ve muy difícil que salga bien librado, en su tenaz guerra contra la corrupción.
AMLO, rompió un pacto no escrito y ahora quiere enjuiciar a tres ex presidentes: Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña. Pretende que sea el pueblo -dice- el que ponga en la picota a los ex mandatarios.
Esto es lo que teme el presidente AMLO: Que la 4ª. T fracase; que Morena pierda elecciones e importantes espacios como la mayoría de asientos en la Cámara de Diputados; que Morena no gane la mayoría de las 15 gubernaturas, y que se esfumen gran parte de los supuestos 30 millones de votos que lo hicieron ganar.
El presidente AMLO, ha dicho que no quiere convertirse en verdugo de sus antecesores -Fox, Calderón y Peña-; sin embargo, impulsa una consulta para que sea el populacho quien linche a los ex mandatarios.
El presidente rompió un pacto inconfesable no escrito en la política sexenal. Eso tiene costos. Le cobrarán alta factura. Pareciera que el presidente AMLO hace el papel de emperador, dentro de un circo romano ante enardecido público.
El populacho no sólo se “divierte” con peleas entre gladiadores; o estos, contra animales salvajes. Un público, fans del presidente AMLO, quieren ver sangre; ver rodar cabezas de los ex presidentes Fox, Calderón y Peña; o que los arrojen a los leones. A ver cómo calma AMLO a esa plebe.
AMLO, se mueve en diferentes frentes: por un lado, con Lozoya en “prisión domiciliaria”, le sirve para defenestrar a los “enemigos”; eso, poco y nada la importa al pueblo en medio de la pandemia: Esto, no resuelve los problemas de millones de ciudadanos; es distractor y cortina de humo para un segmento.
A estas alturas, infinidad de ciudadanos ya decidieron su voto, de cara al proceso comicial del 2021. El voto de castigo contra AMLO y su Cuarta Transformación, podría ser durísimo.
El voto del elector, está demostrado: es más emocional que razonado. A la gente, nada le importa Emilio Lozoya –ex director de Pemex-; a la ciudadanía, le vale un comino el avión presidencial, la rifa y destino.
Casi no existe el voto del análisis; los ciudadanos votan más por el impulso de sus entrañas. Así ocurrió durante las elecciones del 2000 y 2018, cuando ganaron los ex presidentes Vicente Fox y Enrique Peña; aunque éste último fue producto plus -ganador- de un poderoso consorcio de las barras y las estrellas (Televisa).
Haga lo que haga AMLO, un gran segmento de la población ya decidió su voto; y lo peor que le podría ocurrir al mandatario, es que la ciudadanía le de voto de castigo a la mayoría de sus candidatos del Morena.
Debe reconocerse: AMLO, tiene enorme respaldo de rabiosos fans, beneficiarios de programas sociales de su gobierno; pero, por otro lado, existe un gran número de cibernautas que lo repudian y quieren ver su caída.
La sociedad ya está polarizada. El ejercicio del poder desgasta. AMLO, lo sabe; pero busca a toda costa meterse en la boleta electoral del 2021, para eso hace circo, maroma y teatro.
Los seguidores de AMLO, están sedientos de sangre; quieren ver que arrojen carne a los leones, como en el circo romano; pero existe riesgo que las fieras hambrientas se lancen contra su propio dueño, con final trágico. ¡Cuidado!
OFERTAN CANDIDATURAS; VENDEN ILUSIONES.
Con la cercanía de las precampañas para cargos de elección, principalmente alcaldías y diputaciones (lo que caiga es bueno), aparecen falsos redentores y aventureros, políticos cínicos y hasta quienes ya se sueñan despachando en cómodos sillones ejecutivos y recibiendo súper sueldos, con guaruras y tripulando camionetas blindadas.
Así son de fantoches muchos políticos mexicanos; hasta cambian su manera de caminar, visten y hablan diferente cuando ya tienen el hueso; cambian de domicilio y hasta de pareja, ya sea mujer u hombre, según el gusto y preferencia. El poder, a muchos los transforma y hasta los apendeja.
EVODIO: CÌNICO, CON LARGA COLA.
¿Habrá quien todavía quien le cree al desvergonzado ex alcalde perredista de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre?... Éste, arrastra gran cola de corrupción, tiene mala fama de mañoso, pero anda como Santa Clòs: repartiendo despensas y regalos en varias poblaciones. Quiere ser candidato a gobernador, por el PRD. Hasta se compara con Ángel Aguirre.
Evodio, también pretende que a su esposa, diputada local, Perla Edith, le den otro hueso para que siga pegada a la ubre.
VICTORIANO: CANDIDATURAS, NEGOCIO.
Otro que también anda engatusando a la gente es el seudo líder estatal del PT, Victoriano Wences Real, quien no se midió: Ofertó la candidatura, para gobernadora, a la alcaldesa de Acapulco Adela Román Ocampo; por si acaso en Morena la rechaza “cabecita de algodón” (amlo).
Wences Real, todavía vende espejitos a incautos (candidaturas). Hace menos de tres años mercantilizó una diputación local -pluri- a un transportista (puma), y ahora pretende hacer lo mismo: negocia alcaldías, curules, regidurías y hasta comisarías; quizás lo hace con el visto bueno del cacique del PT, Alberto Anaya, con quien habría de “mocharse” … ¡Está bueno el negocio! Punto.
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