Por Salomón García Gálvez.
Ninguno de los diputados locales, federales, senadores, presidentes municipales, ni tampoco líderes de partidos políticos estatales salieron en defensa del delegado federal Pablo Amílcar Sandoval, luego que el periódico Reforma reveló y publicitó su escandaloso patrimonio de bienes inmuebles (residencias, casas y departamentos) adquiridos en tiempo récord. Se le cayó la falsa imagen de “honesto” e “impoluto” al súper delegado.
Ni siquiera la fracción parlamentaria del partido Morena en el Congreso Local, que encabeza su títere -de Pablo Amílcar- Jesús Villanueva Vega, salió en su defensa; o por lo menos habría fijado algún posicionamiento en torno al escándalo.
El resto de las fracciones parlamentarias al Congreso, hicieron mutis. Varios legisladores, han de festejar las notas que publicaron Reforma y Televisa contra el delegado federal fifí.
Sólo la ambiciosa legisladora Norma Otilia Hernández, salió en ridícula defensa del delegado federal fifí -a través de un medio digital-, y lanzó duros ataques contra el diario Reforma y Televisa; también arremetió contra los que llamó “poderes fácticos”.
Como se ve, el súper delegado federal Sandoval, carece se base social en Guerrero; no cuenta con el respaldo de líderes naturales en las siete regiones. Este tipo, pretende que la ciudadanía le brinde afecto -por la fuerza-, chantaje o soborno. No se mide.
A fuerzas, Sandoval, pretende que la gente lo quiera, por el simple hecho de que a personas necesitadas y “ninis”, les entrega recursos ($) y apoyos de la Federación. Pero ese dinero y los apoyos NO son de sus bolsillos ni de sus cuentas bancarias. Es dinero de los impuestos de todos los mexicanos.
Pablo Amílcar, no tiene trabajo político en Guerrero, carece de arraigo en el estado, no conoce la entidad: NUNCA ha ganado una elección en las urnas. La única diputación local -plurinominal- se la regaló AMLO.
Su falso posicionamiento es producto y reflejo del gobierno federal en el poder, que se deriva del partido Morena. Fuera de eso, Pablo Amílcar, no sería nada ni nadie en el estado, sólo un simple ciudadano.
La mayoría de los delegados federales de las 32 entidades del país, son prepotentes, soberbios, arrogantes y andan engallados.
Se sienten virreyes, como es el caso del que hay en Guerrero, Pablo Amílcar Sandoval, quien utiliza el cargo para auto promoverse como precandidato a la gubernatura de Guerrero, aunque éste lo desmienta. No puede tapar el sol con un dedo: Tiene una voraz, desmedida y enfermiza ambición por el poder.
MITOFSKY: ENCUESTA A GOBERNANTES:
En su última encuesta, sobre la aprobación popular hacia las autoridades en México, la empresa Mitofksky de Roy Campos, revela que el presidente AMLO -con todo y sus fallas o aciertos- tiene un 62.4%. Quizás, muchos no están de acuerdo en esto.
El gobernador Héctor Astudillo Flores, va en pleno ascenso con un 47.2% de aprobación a su gestión. En el Ranking Nacional, el mandatario estatal se encuentra bien posicionado en el 13 lugar, y su buena imagen -por su constante y acertado trabajo- va en crecimiento.
Antonio Gaspar Beltrán, presidente municipal de Chilpancingo, por la buena labor que ha venido desplegando en los últimos meses, tiene un 41.6% de aprobación. Toño Gaspar, se encuentra dentro del Ranking Nacional en el honroso sitio 46, que es muy bueno en tiempos de crisis. Va en ascenso el munícipe capitalino.
Quien va a la baja, de acuerdo con la reciente encuesta (junio) de Mitofsky, es la alcaldesa de Acapulco, Adela Román Ocampo, con un 32% de aprobación a su gestión.
O sea: un 68% de los acapulqueños rechazan el trabajo de la munícipe quien se halla en lugar 79 dentro del Ranking Nacional. Casi en el sótano… Punto. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
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