Por Noé Mondragón Norato Foto https://codice21.com.mx/
Lo de la aplicación del ISR en la UAGro tiene varias vertientes que estarían evidenciando de nueva cuenta, la opacidad y falta de transparencia en el manejo de los dineros por parte del rector Javier Saldaña. La muestra más diáfana de lo anterior, es que hasta la fecha no ha mostrado públicamente, el documento oficial donde la Secretaría de Hacienda y el SAT le requieren el timbrado de la nómina. Y hay otras irregularidades que están progresivamente, destapando la cloaca universitaria.
¿DINERO PARA CAMPAÑAS? – Resulta extraño y hasta desconcertante, que el rector en complicidad con ambos sindicatos de la UAGro, anunciaran la ampliación del cobro del ISR justo en tres coyunturas candentes: cuando se está a mes y medio de que inicie el año electoral. Justo en el inicio del periodo vacacional de verano. Y cuando la movilidad de los trabajadores universitarios está neutralizada por el encierro obligado a que los condena el Covid-19. Se lee así:
1.- Dada su inclinación natural a esconder bajo la alfombra toda la suciedad, el rector mandó a los dos sindicatos a dar una conferencia de prensa con la intención de contener la inconformidad laboral universitaria: el anunció de apoyar con 32 millones de pesos el descuento del ISR. Pero es el anzuelo para tranquilizar a los incautos. Una celada que pretende justificar una infamia que ni el rector ni ambos sindicatos se atrevieron a aplicar cuando los trabajadores universitarios, podían organizarse a fin de multiplicar la protesta. Y si el rector no quiere enseñar el oficio de la Secretaría de la Hacienda que exige el timbrado, la sospecha más firme se orienta hacia que ese descuento vaya a parar a las campañas electorales en ciernes. Ya sea para apuntalar el proyecto político del propio Saldaña Almazán. O para apoyar aquel con el que termine estableciendo alianzas.
2.- En Acapulco, la alcaldesa del Morena, Adela Román Ocampo, implementó el cobro del ISR a los trabajadores del SUSPEG. Y tampoco les enseñó el oficio de Hacienda a los inconformes. Y entonces si la administración federal de AMLO tolera que, en vez de transparencia y claridad en el manejo de los dineros públicos, predomine la opacidad, estaremos viendo en los próximos meses la aplicación del dinero de los trabajadores al financiamiento de las campañas electorales, ante la falta de dinero en los partidos políticos por causa de la pandemia. Y como parece un pacto inconfesable entre todos ellos, ningún partido político apoya el movimiento de resistencia laboral contra la aplicación del ISR. Todos enmudecieron. Aducen simplemente, que se debe pagar como obligación fiscal. El punto es que ya se ha estado pagando. Pero la ampliación del impuesto a prestaciones y antigüedad, es lo que realmente lacera el salario de los trabajadores. Es allí donde está imperando la opacidad y ocultándose la información.
3.- El ex rector de la UAGro, Ramón Reyes Carreto —aspirante de nuevo a la rectoría y respaldado en apariencia, por el Morena—, puso el dedo en la llaga: tanto el rector como ambos sindicatos universitarios omitieron informar sobre «cuántos becarios y trabajadores de confianza han entrado de manera irregular y unilateral para ayudar al rector en la promoción de su imagen política desde dentro y fuera de la Universidad.» Lo anterior estimularía las sospechas sobre la ilegalidad de ese descuento. Lo peor, sin embargo, es que el propio Reyes Carreto no ha logrado gestionar ante los diputados locales del Morena, por lo menos un pronunciamiento público con relación a la aplicación del ISR, que está apuntalado con Leyes fiscales del pasado, aprobadas cínicamente y contra los intereses de las mayorías, por las fracciones legislativas del PRI, PAN y PRD en el Congreso de la Unión. Así, los 32 millones anunciados por el rector Javier Saldaña se convirtieron en una cortina de humo para enquistar la infamia. Y la base laboral está verdaderamente sola. Aprisionada por el gobierno federal y el estatal. Ante ello, se necesita revivir las combativas luchas del pasado. Ninguno de ellos deja abierta otra opción.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Risible y cómicamente, el delegado federal, Pablo Amílcar Sandoval presentó una denuncia ante la FEPADE por el video donde promotores suyos, piden a grupos vulnerables memorizar su nombre. «No son los mismos tiempos, no somos los mismos, lo que tenemos son nuestro nombre y nuestra honestidad», dijo. Pero es la deshonestidad la que lo ha perseguido desde el 30 de agosto de 2018. Los hechos son tercos.
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