Si la frase expresada por el ex gobernador René Juárez Cisneros en mayo del 2016, respecto a que la competencia electoral del 2018 había comenzado para los priistas desde dos años antes, entonces la carrera hacia el 2021 ya está en marcha pero no será tan llana como prevén los triunfalistas.
Por lo menos cuando prevalecen escenarios cambiantes y surgen contrapesos políticos a los que no se debe descartar.
La fotografía que circuló el miércoles en redes sociales y se publicitó en otros medios de comunicación, contiene una serie de mensajes entre los que se localiza una imagen con significativo impacto para Guerrero; Manuel Añorve Baños, Senador electo por esta entidad, aparece al lado del Coordinador de la bancada priista en el Senado, Miguel Ángel Osorio Chong, bajo el título “Designan a Añorve vice coordinador del grupo priista en el Senado”.
La interpretación política no es gratuita si se observa que en la fotografía aparecen Carlos Aceves del Olmo, dirigente nacional de la CTM; Claudia Ruiz Massieu, presidente nacional del PRI; Beatriz Paredes Rangel, ex dirigente nacional del tricolor y ex gobernadora de Tlaxcala; Jorge Carlos Ramírez Marín, ex secretario del gabinete de Peña Nieto y ex coordinador de la fracción priista en la Cámara de diputados; Vanessa Rubio Márquez, brazo derecho de José Antonio Meade en las secretarías de Relaciones Exteriores, Hacienda y Desarrollo Social; Eruviel Ávila Villegas, ex gobernador del Estado de México y miembro del poderoso Grupo Atlacomulco y Sylvana Beltrones Sánchez, hija de Manlio Fabio Beltrones.
Todos ellos con peso político superior a Manuel Añorve para merecer la vice coordinación. Sin embargo, hay por lo menos cinco puntos a considerar:
1.-Durante los primeros días de mayo pasado, cuando la campaña electoral se encontraba en uno de sus puntos más álgidos, un ex diputado local perredista mostró a los asesores del candidato priista a senador, Manuel Añorve Baños, una serie de documentos sobre supuestas irregularidades financieras ejercidas por Félix Salgado Macedonio cuando se desempeñó como alcalde de Acapulco.
Para sorpresa de quien ofrecía los elementos contables contra Salgado Macedonio, el equipo añorvista rechazó diplomáticamente los documentos, aun cuando Félix, candidato de Morena al Senado, aparecía como el contendiente más fuerte.
Quedó claro que entre las estrategias de Añorve para ganar la senaduría no figuraba un choque con Morena.
2.- El papel de Manuel Añorve durante dos legislaturas federales no se ha limitado al del tipo de legislador expectante que acude al Congreso para enriquecer curriculum y nutrir el anecdotario sin desempeñar una actuación destacada en su respectiva bancada: Añorve Baños ha sido interlocutor del poder legislativo ante importantes miembros del gabinete federal, durante la alternancia panista, y operador parlamentario en primera línea como vice coordinador del grupo priista en San Lázaro en la LXII legislatura.
Aunque la coordinación general de la fracción tricolor en ese periodo correspondía a Manlio Fabio Beltrones, en la Cámara prevalecía la versión de que Manuel Añorve era el tejedor de acuerdos y el sonorense llegaba al final a firmarlos.
3.- En enero del 2008, hace ya poco más de una década, Manuel Añorve comenzó a visitar estaciones de radio y hacer presencia en cafés tradicionalmente concurridos por politólogos. Desde esa base de partida, impulsó la versión de que sería el candidato del PRI a la presidencia municipal de Acapulco y posteriormente alcalde.
Quienes lo escuchaban no le daban seriedad a la propuesta. Al finalizar su gestión como presidente interino acapulqueño en 1999, Añorve recibió duras críticas y no faltó quien lo considerara acabado políticamente.
Precario en su logística, con escasos recursos económicos y frente a la resistencia de liderazgos de su propio partido a quienes no convencía de las posibilidades que tenía el PRI de recuperar el ayuntamiento, Añorve Baños no se detuvo; logró ser el candidato y avanzar gradualmente en las cifras de preferencia para terminar ganando esa elección contra todo pronóstico.
4.- El dilema real del 2021 radica en el hecho de que la Cuarta Transformación de López Obrador establecería principios de desconfianza y desequilibrio si apuesta exclusivamente al avasallamiento por la mayoría que ocupan en el Senado y la Cámara de diputados. Por lo que el presidente electo buscará en su momento configurar acuerdos entre las bancadas opositoras como ocurre en las democracias más avanzadas.
Después de todo, al menos en el Senado el gobierno de López Obrador encontrará en Miguel Ángel Osorio Chong, coordinador de la bancada priista, un personaje con el que se pueden celebrar entendimientos sin cuestionar alguna identidad penañietista.
Osorio Chong y Peña Nieto quedaron distanciados desde el momento en que el mexiquense prefirió a José Antonio Meade como candidato a la presidencia.
5.- De hecho, el desafío del próximo gobierno federal es encontrar los consensos para no entramparse en desencuentros que bloqueen la solución a los principales problemas del país.
Si se pretende construir un nuevo sistema político, debe apostarse a puntos de equilibrio plurales que despejen mecanismos absolutistas.
Obviamente que el seguimiento de una ruta de coordinación política para cumplir compromisos de campaña y garantizar la presencia de Morena durante un sexenio más en la presidencia de México, coloca a López Obrador ante la inevitable cesión de ciertas parcelas de poder, lo que no es nada nuevo.
Ya en su campaña electoral aceptó la inclusión de priistas, perredistas, panistas y personajes opuestos a su proyecto en el pasado.
De ahí que antes de definir a Morena como fuerza favorita en Guerrero para la contienda electoral del 2021, primero debe entenderse que al final de cuentas la política no es solo que se ve.
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