El caso del presidente municipal Evodio Velázquez Aguirre supuestamente encolerizado por descubrir la corrupción en Saneamiento Básico a poco más de dos meses de terminar su gobierno, exhibe la falsedad del discurso anti corrupción del alcalde acapulqueño.
La afirmación de que meterá a la cárcel a quienes compruebe hayan cometido acciones deshonestas en la dependencia encargada de recolectar la basura en Acapulco, solo sirvió para que funcionarios y personal operativo de Saneamiento Básico hicieran mofa del propio Evodio en cuanto salió de las instalaciones municipales.
En una supuesta visita sorpresiva al patio de operaciones de Saneamiento Básico, el presidente municipal dijo que a él no le van a ver la cara de pendejo. Y señaló directamente al ex director de esa área José Alberto Alonso Gutiérrez, de enriquecerse mediante actos de corrupción al frente de la dependencia.
“A ese cabrón yo lo puse aquí pero ya vi que se vino nada más a enriquecer y hacer chingaderas”, enfatizó.
Los trabajadores le dijeron que se han vendido camiones y maquinaria en calidad de chatarra. Evodio sentenció “voy a meter a la cárcel a quien haya hecho esas chingaderas para que quede claro”.
Reiterativo, manifestó que ordenó a la Contraloría municipal realice una investigación para determinar responsabilidades.
“Haya sido quien haya sido, el director anterior, o el anterior, o el subdirector, le voy a romper su madre”, advirtió el primer edil.
De ser cierta la voluntad de Evodio Velázquez para evitar que a su gobierno se le asocie con actos de corrupción, en los días subsecuentes el alcalde aparecerá sorpresivamente en los patios de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito municipal para dejar bien claro a los comandantes y agentes que les romperá su madre si los detecta incurriendo en comportamientos ilegales.
A estas alturas, los directivos de la Coagua, antes Capama, deben estar consultando a sus abogados u ocultando sus cuentas bancarias, ya que la cruzada anti corrupción ordenada por el presidente les llegara en cualquier momento. Saben que la instrucción para detectar ejercicio deshonesto de la función pública caerá sobre ellos como relámpago divino.
En Zonatur, oficina en la que hay “conqueso para las enchiladas”, se habla de un ambiente de preocupación que ya generó colapsos nerviosos entre los mandos de esa dependencia.
En Catastro municipal, Obras Públicas, Vía Pública, el personal y funcionarios han redactado un oficio en el que juran por todas las leyes existentes y las que vengan después, que ya no vuelven a cometer un acto de corrupción. No más extorsiones a quienes construyen sus viviendas, no más tráfico de calificaciones sospechosas en el pago del impuesto predial, no más cobro a los vendedores instalados en banquetas y zonas públicas. El temor derivado del discurso de Evodio Velázquez en Saneamiento Básico, recorre como un fantasma todos los pasillos y cubículos municipales.
¡Uuuuyyyy que miedo¡
Ahora si funcionarios municipales, cuídense; Evodio Velázquez acaba de descubrir que su gobierno está infectado hasta la raíz por problemas de corrupción y todo indica que heredará esa imagen a la administración entrante.
Y lo grave del problema es que la dependencia responsable de la vigilancia administrativa interna no pudo durante todo el trienio establecer una estrategia inteligente para exhibir y sancionar los actos de corrupción.
De ahí que antes de iniciar investigaciones en Saneamiento Básico para detectar el grado de irregularidades ahí existentes, a quien debe someterse a un proceso de auditoría es a la propia Contraloría municipal. Y a la presidencia municipal por solapar la inoperatividad sospechosa de esa dependencia.
Por lo pronto, para tener una idea del nivel de corrosión administrativa que envuelve a la administración de Evodio Velázquez, la fórmula es simple: el señalamiento que hace el alcalde contra funcionarios y ex funcionarios de Saneamiento Básico, revela que la corrupción hizo metástasis en el organigrama municipal.
El alcalde Velázquez Aguirre perdió el control de su gobierno al optar por anteponer un juego de poder que le garantizara un futuro seguro en la política, en lugar de establecer y vigilar el cumplimiento de normas de control de gastos y bienes municipales.
Por si fuera poco, al alcalde le ha faltado liderazgo institucional, lo que alimentará que su paso por el gobierno de Acapulco sea recordado como el del presidente perredista incapaz de evitar el desmoronamiento de su partido cuando controlaba el principal ayuntamiento de Guerrero.
Con exabruptos no alcanza para limpiar una imagen de corrupción de tres años en tan solo dos meses.
Hay 268 invitados y ningún miembro en línea