Aunque durante las dos últimas décadas del siglo pasado y la primera del actual el tema de la diversificación económica de Guerrero ha generado posiciones encontradas entre inversionistas y analistas financieros, el escenario de desafíos económicos localizados a la vuelta de la esquina –reducción de exportaciones del 49 al 35 por ciento, un PIB estancado en 2.3 promedio, inestabilidad en los precios del petróleo y reingeniería presupuestal a fondo en el próximo gobierno de AMLO- confirman lo benéfico que resultó para esta entidad haberle apostado a fortalecer la oferta turística.
De ahí que independientemente del enfoque que vaya a otorgar el nuevo gobierno federal al turismo, cualquier iniciativa en este ramo requerirá activarse con un principio de ariete para capitalizar con mayor firmeza las adecuaciones a políticas públicas del renglón turístico.
Después de todo, el diseño prevaleciente dedicado a orientar, apoyar y garantizar inversiones en esta área ha permitido a México recibir 35 millones de visitantes internacionales y con ello pasar del noveno al octavo lugar en la preferencia mundial de destinos turísticos, por encima de Canadá, Turquía y Japón.
Las estadísticas en Guerrero revelan que la inversión integral garantizada se ha incrementado en un 28 por ciento en relación a indicadores del 2015, y la entidad se mantiene en el tercer sitio de los estados más atractivos para aterrizar capitales. La ocupación hotelera promedio creció también durante el último trienio de un 45.1 al 56.9 por ciento.
La lógica financiera establece que después de etapas de crisis financieras los mercados sufren un detrimento que obliga a transitar periodos de recuperación no menores a tres años. Después de la caída que tuvo la economía nacional a raíz del gasolinazo, enero del 2017, se percibieron condiciones desalentadoras en todo el territorio nacional, lo que orilló a gobiernos estatales y municipales a ajustar su presupuesto a costa del gasto y el bienestar sociales.
El gobernador Héctor Astudillo optó por un recorte radical a renglones burocráticos: se disminuyeron salarios a funcionarios, eliminó pago de viáticos, bajó la partida de comunicación social, sometió a un manejo escrupuloso las adquisiciones, desapareció gastos de representación y alimentos y canceló la renta de aviones y helicópteros privados.
Realmente, el desafío central de ese capítulo permeado por la austeridad no radicó en el control de gastos, sino en la definición para trazar un plan que atenuara el coletazo del problema financiero nacional, en el corto y mediano plazo.
Por lo pronto, se mantuvo durante todo el 2017 el presupuesto al renglón turístico con objeto de incentivar actividades económicas generadoras de empleo, como alternativa para devolver el equilibrio a la economía local.
Dieciocho meses después, la medida comenzó a ser evaluada por personajes del campo turístico nacional, como Héctor Flores, presidente del Consejo de Promoción Turística de México, (CPTM), el órgano con mayor influencia en la orientación de esta actividad.
El reconocimiento otorgado por el CPTM a Guerrero en materia turística, se desprende del programa de inversiones en proyectos de modernización y renovación de imagen para el relanzamiento de Acapulco.
El catálogo analizado por el CPTM informa que los destinos de Guerrero mejoraron su infraestructura turística desde diciembre del 2015 a la fecha, periodo en el que se realizaron obras en la avenida Escénica, se instaló alumbrado público en el boulevard de Las Naciones y en la zona Dorada.
Destaca la construcción de una nueva terminal del aeropuerto internacional de Acapulco. Y la inauguración de la tirolesa más larga sobre mar, así como la reconstrucción de accesos a playas de Acapulco.
También incluye obras en proceso que van desde la recuperación de playa Manzanillo, un reclamo histórico para rescatar una zona icónica del Acapulco Tradicional, la remodelación del Paseo del Pescador, la construcción de un nuevo distribuidor vial boulevard de Las Naciones-Barra Vieja, la ampliación a cuatro carriles de la Avenida Escénica, la construcción de la carretera de cuatro carriles Pie de la Cuesta-Barra de Coyuca, dos parques públicos de playa El Copacabana y El Palmar, la rehabilitación del puente y del islote de Caleta y Caletilla y el alumbrado público total desde el Plan de los Amates hasta el desarrollo de Tres Vidas en la Playa.
Además, en fecha reciente el gobernador Astudillo declaró que el presupuesto del próximo año contemplará una partida especial para mejorar la infraestructura urbana de Ixtapa-Zihuatanejo, Taxco de Alarcón y Acapulco, para ofrecer el mejor marco en la celebración del próximo Tianguis Turístico 2019 en Acapulco, evento en el que ya jugará un papel central el nuevo gobierno federal lopezobradorista.
Hasta ahora, el presidente electo y sus colaboradores se han enfocado en acciones prontas para responder a sus compromisos sociales, y no han incursionado en propuestas económicas encaminadas a modificar actividades productivas dentro de las que se cuenta el turismo.
Pero cuando lo hagan deben tener bien claro que antes que nuevos modelos, lo que se requiere para mejorar este renglón es mayor presupuesto.
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