• * Los rumores, arma de dos filos
Molesto, encabronado, pues, pero presenta su mejor cara, luego de que ha sido un emblema de la lucha por puestos en el Senado, Diputados federales, estatales, gubernaturas y municipios y ahora, todos aquellos a los que sirvió, le regalan una patada en el trasero, y ni siquiera le dicen “gracias Peje.”
Y lanza un mensaje inequívoco: “La izquierda soy yo”.