Aun y con el efecto peje que podría arrumbar al PRD hasta el tercer lugar aquí, durante la próxima elección presidencial de julio de 2018, en el fondo las tribus locales están luchando por no desaparecer. Porque el diagnóstico aparece demasiado complicado para ellas. Por eso se entiende que fueran a pedirle su regreso al PRD, al ex gobernador Ángel Aguirre Rivero. Tantos años en el poder y ni siquiera eso han aprendido: a operar con éxito. (Foto: Félix Salgado Macedonio)
El único que lo hacía, ya está muerto. Era el ex diputado local Armando Chavarría Barrera.
El resto de sus integrantes solo han arribado al poder para convertirse en nuevos ricos. Se olvidaron de origen, principios y convicciones. Pactaron y negociaron reiteradamente con el PRI. Y se olvidaron también, de formar liderazgos sólidos. Hoy la debacle política –como los tsunamis-, ya los alcanzó. Exhibiendo así, su deprimente orfandad política. Hay algunos puntos que permiten entender lo profundo de esta crisis.
PRD: LÍDERES Y CAUDILLOS AGOTADOS.- Si se mira bien y desde su nacimiento en Guerrero, el PRD necesitó de líderes y caudillos, para quitarle simpatías ciudadanas al PRI. Se lee así:
1.- En sus inicios, el llamado Toro Sin Cerca, Félix Salgado Macedonio, apareció como el contrapeso político de un sistema priísta en crisis. Sumó muchos adeptos. Le abonó con fuerza a la polémica política con sus rudas posturas. Y fue postulado dos veces, como candidato al gobierno de la entidad: en las elecciones estatales de 1993 y 1999. La alternancia panista en la presidencia del país en la elección del 2 de julio del 2000, le dio un viraje a la situación. Porque reveló el hartazgo ciudadano hacia el PRI. Y había sido un empresario –Vicente Fox Quezada-, el que había desplazado a este partido de la presidencia del país.
2.- Ese hecho marcó un precedente en Guerrero. Porque a la par de Fox, en Guerrero se había posicionado la imagen del empresario Zeferino Torreblanca Galindo, quien había desplazado al PRI de la alcaldía de Acapulco en la elección de octubre de 1999. Y sutilmente, le arrebató a Félix Salgado, la bandera de la alternancia. Si con éste último personaje el PRD creció en simpatías en toda la entidad y también en estructura, con Zeferino Torreblanca el PRD dio su mejor zarpazo político. Es decir, necesitó de estos dos personajes para que al fin en la elección del 7 de febrero de 2005, dicho partido ganara el gobierno estatal. El trabajo político que permitió entender ese triunfo no le correspondió a las tribus –que a estas alturas ya estaban ensoberbecidas por el poder-, sino a estos dos personajes. Y por supuesto, al hartazgo priísta de los votantes guerrerenses.
3.- El problema para el PRD vino después. Porque Zeferino proyectó tres crisis muy severas: no supo gobernar, no operó políticamente y perdió el liderazgo de 2005 que lo llevó justamente, al gobierno estatal. Sin esos ingredientes, el PRD y sus tribus se acercaron irremediablemente, a la derrota electoral. Por eso se entiende que el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero, llegara como el salvador de esta aguda crisis perredista. Porque Aguirre había roto con el PRI. Y sus consensos políticos tanto dentro como fuera de ese partido, eran suficientes para ganar la elección del 30 de enero de 2011.
Proyectaba un sólido liderazgo. Y ganó. Hoy sin embargo, el grupo aguirrista perdió mucha de esa plusvalía, derivado del escándalo ocurrido en Iguala, la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, la expulsión del propio Aguirre Rivero del gobierno estatal y el encarcelamiento de su hermano Mateo, por un presumible peculado de más de 280 millones de pesos.
Así, si con Félix creció, con Zeferino se consolidó y con Aguirre permaneció, para 2018 y aun con la sombra política del ex gobernador priísta-perredista, la elección no augura nada bueno para ese partido y sus tribus. Por una razón de elemental sentido común: ya agotó todos sus cartuchos. Y no tiene repuestos. El último al que está apelando, podría encasquillarse. Ese es el punto.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Trasciende que el titular del Poder Judicial, Robespierre Robles Hurtado, sigue operando su notaría en Acapulco y firmando escrituras y documentos. Lo cual es una irregularidad. Y se dice que tras su polémica aparición en sendas fotografías con el polémico y prófugo abogado, Alfredo Pérez Zárate, ha caído de la gracia política del gobernador Héctor Astudillo. ¿Será?
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