El problema del PRI es que cambia dirigentes, cambia discursos, pero no cambia en los hechos. Es decir, en las acciones consumadas. Por eso, con el arribo a la dirigencia nacional del PRI, del ex director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Enrique Ochoa Reza, muchos priístas se pusieron a la defensiva. Y en algunos casos, se observaron intentos de rebelión interna. Porque es claro que el presidente Peña Nieto, lo empujó ahí para concluir el periodo de Manlio Fabio Beltrones Rivera (2015-2009). Y con ello, mandó el mansaje diáfano en el sentido de que decidió tomar el control político absoluto de dicho partido rumbo a la elección federal de julio de 2018. De ahí se abren las lecturas.
¿CAMBIOS PROFUNDOS EN EL PRI?- A la toma de protesta de Ochoa Reza del pasado 12 de julio, acudieron pocos gobernadores del PRI. Se entiende que fuera así, por la dureza del discurso que daría y que llevaba dedicatoria para muchos de ellos. Un fragmento lo dice todo: “Tenemos que ser un partido que señale la corrupción de los gobiernos emanados de nuestras filas, que exija su fiscalización e incluso, su destitución”. Pero el entusiasmo de Ochoa Reza, choca bruscamente con las realidades políticas. Y se lee así:
1.- El PRI perdió 7 gobiernos estatales en la pasada elección del 5 de junio debido en gran medida, a la corrupción de sus gobernadores, de acuerdo a la versión del ex dirigente nacional tricolor, Manlio Fabio Beltrones Rivera. Y el nuevo dirigente de ese partido puntualizó en lo mismo. Pero el problema del PRI y sus gobernadores no acaba con la fiscalización de los millonarios recursos manejados por ellos. O con la destitución de su encargo. Sino con su respectiva consignación penal y prisión corporal. Como a cualquier delincuente. Es ahí donde Manlio Fabio y Ochoa Reza, no quisieron entrarle. Y con ello, le están dando manga ancha a que la corrupción en ese partido siga imparable. Porque muchos gobernadores no se van a detener para saquear los erarios públicos, sabedores de que el castigo más severo para ellos será la expulsión del cargo y la partidista. Por eso, la percepción de que habrá “cambios profundos” en el PRI, no deja de sonar a utopía.
2.- Uno de los aspectos que destaca del dirigente del CEN del PRI, es la necesidad del cambio muy limitado que se apreció en su discurso: “Necesitamos construir una nueva y moderna relación entre el gobierno y el partido, en donde el gobierno venga a rendirle cuentas al partido y ser el partido el defensor de la ciudadanía”. El único inconveniente en todo esto, es que lo anterior no está contemplado en ninguno de los estatutos del PRI. Y las constituciones políticas estatales, blindan a los gobernadores de cualquier tipo de rendición de cuentas hacia sus respectivos partidos políticos. ¿Cómo y de qué manera podrá Ochoa Reza cumplir con esa promesa hecha a los ciudadanos y a la militancia tricolor inconforme con las derrotas electorales recientes?
3.- En Guerrero, el relevo en el CEN del PRI tendrá sus propios impactos. De entrada, el ex edil de Acapulco, Manuel Añorve Baños, se quedó ahora sí, fuera del cargo. A la espera de lo que el cabildeo político de Manlio Fabio Beltrones, logre con Peña Nieto. Ese punto hace la competencia por la dirigencia estatal del PRI mucho más pareja. Es decir, el cabildeo personal de los aspirantes a dirigirlo será clave para lograr acceder al mismo. Se entiende con ello, que un cuadro político ligado al ex secretario de Operación Política del CEN, estaría muy lejos de arribar a la dirigencia estatal tricolor. Y los grupos políticos del ex edil capitalino Mario Moreno Arcos, del ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer y del ex gobernador René Juárez, estarían a la espera. De cómo se muevan y logren los apoyos de la federación y del propio gobernador Astudillo, dependerá su triunfo.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Una confrontación política abierta surgió entre el rector de la UAGro, Javier Saldaña Almazán y el edil tricolor capitalino, Marco Antonio Leyva Mena. Éste último se queja de que el rector lo ataca a través del síndico, Miguel Ángel Hernández Gómez. Pero ¿Cuál sería el fin si el rector está a un paso de la reelección en la UAGro? ¿Acaso lo ve como su relevo en el escenario de su forzada renuncia a la alcaldía capitalina? Leyva Mena proyecta nerviosismo y preocupación.
Hay 1853 invitados y ningún miembro en línea