El Departamento de Estado de los Estados Unidos ha quedado rebasado ante las sofisticadas técnicas de inteligencia y análisis de riesgos con que al parecer cuenta la representación en Acapulco de la Cámara Nacional de Comercio Servicios y Turismo (Canaco-Servytur).
Las manifestaciones sociales, sobre todo las que implican bloqueos carreteros, en efecto, están consideradas en las alertas de viaje que emite el gobierno de Estados Unidos, pero en segundo término después de la inseguridad y la violencia.
Por eso me sorprende que el ex presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), Javier Saldívar Rodríguez, asegure que los bloqueos de carreteras afectan más que los problemas entre grupos antagónicos del crimen.
Barack Obama debería considerar el despido de quienes emiten las alertas de viaje y consultar a la Canaco si es que no quieren seguir evaluando mal las situaciones de riesgo para que sus ciudadanos viajen a gusto por el territorio guerrerense. Los gringos no saben hacer ese tipo de análisis. Ya lo demostró Saldívar.
Por supuesto que lo anterior es ironía. No podría ser de otra manera ante las declaraciones contradictorias de los comerciantes organizados.
Un ex dirigente, Alejandro Martínez Sidney, dice por un lado que 400 empresarios se capacitan para portar armas ante el grave problema de inseguridad, y el otro, Javier Saldívar, que las protestas de maestros contra la reforma educativa lesionan más que los enfrentamientos entre bandas de la delincuencia que han bañado de sangre al estado. Y todo en una misma conferencia de prensa.
Por supuesto que no hay punto de comparación entre las movilizaciones sociales que hemos visto hasta ahora, por muy agresivas que se les considere según la óptica de cada persona respecto a este tema tan polarizado, y el saldo sangriento de la guerra criminal por el territorio que ha dejado miles de hogares enlutados y un impacto mediático negativo a tal grado que Acapulco es considerada la ciudad más violenta de México.
Pero si el problema son los maestros como dice Javier Saldívar, entonces ¿para qué quieren portar armas los empresarios como pide Martínez Sidney?
El empresariado guerrerense se caracteriza por su debilidad representativa. Son liderazgos de papel que buscan hacerse notar en los medios con temas fuertes como el de la portación de armas.
La Coparmex de Chilpancingo, dijo hace algún tiempo que la Secretaría de la Defensa Nacional les había autorizado cinco licencias, y la Sedena desmintió recientemente al informar que del 2013 a la fecha ha entregado sólo dos en Guerrero.
El presidente de la Concamin, Julián Urióstegui, hace unas semanas quiso aprovechar la coyuntura de los bloqueos carreteros en Oaxaca y Chiapas para decir que aquí había grandes pérdidas que no fue capaz de cuantificar como sí lo hicieron los empresarios de aquellos estados donde había, no uno, ni dos, sino hasta 16 bloqueos que duraron días, no horas. Y todo para polarizar más la situación, ya que su asociación agrupa a industriales y no a al sector de comercio y servicios.
A los empresarios se les olvida que el turismo no sólo ha dejado de venir por la inseguridad o las manifestaciones sociales, sino principalmente por su escasa competitividad debida a que no reinvierten en mejorar sus establecimientos pese a un rosario de créditos a fondo perdido que en cada coyuntura aprovechable piden al gobierno para dejar de pagar al menor pretexto.
¿O ya se les olvidó que el gobernador Héctor Astudillo Flores les dijo que cierran por mal servicio? ¿Se atreverán a decir lo contrario?
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