
Cabe preguntarnos en pleno siglo XXI si el hombre y la mujer están revestidos de la misma dignidad y los textos legales los colocan en un plano de igualdad. La verdad histórica nos presenta un plano diferente y la realidad cotidiana otro peor, o si no preguntémonos, por qué el diputado Napoleón Astudillo Martínez , presidente de la Comisión de Derechos Humanos, de la LIX Legislatura Local, en la tribuna legislativa se rasga las vestiduras en defensa de los derechos humanos, y en su empresa denominada Instituto Pedagógico de Estudios Profesionales, IPEP, se erige como cacique, patrón, dueño de vidas y haciendas, con una conducta altamente discriminatoria y a todas luces anti laborista en contra de sus empleados.