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El asesinato de Demetrio Saldívar provoca ataques y acusaciones entre priistas y perredistas.

Hasta ahora no se ha dado a conocer ninguna versión oficial por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE), sobre el asesinato del secretario general del PRD estatal, Demetrio Saldívar Gómez, aunque es poco el tiempo que ha transcurrido desde que se produjo el atentado, por lo que habrá que esperar un poco más, aunque hay una importante presión sobre el Fiscal Xavier Olea, quien asegura que se está trabajando en las posibles líneas que permitan conocer la verdad sobre ese caso. 

Claro que siempre surgen intereses partidistas, como ocurre en el PRD que trata de imponer la versión de que había alguna diferencia entre el perredista muerto y el alcalde capitalino, Marco Antonio Leyva Mena, por una situación en la que hubo desacuerdo con la esposa de la víctima, Nancy Soraya Cruz, que es regidora local, por un asunto de poca importancia y que pronto se solucionó. 

El dirigente estatal del PRD, Celestino Cesáreo, de bajo nivel político, trata de aprovechar la situación al demandar que se investigue al alcalde, porque supone que por esa diferencia con la ahora viuda pudo llevar a que se buscará callarlos o causarles daño por lo sucedido. 

Es en realidad una acusación de Celestino Cesáreo, que se advierte de lo más absurda, porque si asuntos como el ocurrido entre el alcalde y la regidora dieran lugar a asesinatos entre políticos, la mitad de quienes se dedican a la política estarían muertos en estos momentos. 

El primer edil, Marco Leyva, reviró en el sentido de que debería investigarse lo que ocurre al interior de la dirigencia de ese partido, porque es bien sabido que hay diferencias importantes y luchas por intereses diversos, además de que el bajo perfil del dirigente estatal, Celestino Cesáreo y su notoria incapacidad para hacer un buen trabajo en el interior de su instituto político, lo lleva a buscar la manera de hacerse notar y de destacar, aunque para eso tenga que eventurar versiones muy jaladas de los pelos. 

En un caso así, efectivamente, debe investigarse todo, desde el entorno político, hasta los intereses y movimientos que realizaba el perredista asesinado, además de ver las diferencias con sus compañeros y los intereses que entre ellos podría manejar y disputar. 

EL GOBERNADOR HÉCTOR ASTUDILLO  se ha mantenido al margen de ese asesinato, sólo con la recomendación al fiscal Olea para que se agilice la investigación y se trate de llegar al esclarecimiento de los hechos, porque es importante y políticamente conveniente que se conozca con claridad qué fue lo que ocurrió y cuáles fueron las motivaciones, aparte de identificar a los autores materiales e intelectuales, en caso de que los haya en esa segunda posibilidad. 

El asesinato o ejecución de DSG sucedió hace casi una semana, que es poco tiempo para poder realizar una investigación de fondo, pero realmente es indispensable que se esclarezca esa muerte, que afecta el ambiente político del estado y da lugar para que el grupo perredista se rasgue las vestiduras y clame por la renuncia de gran parte del gobierno estatal, por la violencia que se mantiene en el estado. 

Claro, las damas dirigentes del partido el sol azteca, Alejandra Barrales y Beatriz Mojica, padecen de un fuerte ataque de Alzheimer, porque no logran recordar (o se hacen las olvidadizas), que el ambiente en el estado se descompuso desde que dos gobiernos perredistas iniciaron su gestión en 2005 y terminaron en 2015, cuando ya la situación alcanzaba situaciones alarmantes y de gran peligro y angustia para la ciudadanía. 

Pero no fue solo la inseguridad y violencia criminal lo que dejaron en conjunto los tres gobernantes propuestos por el perredismo, puros externos, Zeferino, Aguirre y Ortega, porque igual de lamentable fue la forma en que entregaron la administración gubernamental, plagada de faltantes y de hechos de corrupción que llevaron incluso a varios de sus integrantes a la cárcel, por la forma burda y descarada en que cometieron los peores latrocinios contra el estado, sus finanzas y la gente a la que engañaron y estafaron. 

Por eso, en el asesinato de Demetrio puede haber mucho fondo y eso es lo que debe mostrar y aclarar la Fiscalía del Estado, para terminar con los señalamientos y falsas acusaciones de los desesperados perredistas, que ven con horror como su partidito se les deshace entre las manos por la corrupción e incapacidad que han mostrado. 

ANUNCIAN LA CELEBRACIÓN DEL 12 FESTIVAL DEL POZOLE Y EL MEZCAL.

Pero bueno, no todo es tan negativo y tan pobre como hablar del PRD y sus hazañas, porque hace un par de días se anunció la celebración del “12 Festival del Pozole y el Mezcal”, una de las tradiciones importantes de la región Centro de Guerrero y en especial de Chilpancingo, la capital del estado, que tendrá verificativo del 7 al 12 de mayo. 

Como parte del evento de inauguración se celebrará también el “Huentli”, un desfile de los participantes, con danzas regionales, con Tlacololeros y permitirá también la presentación de algunos cantantes invitados, aunque es una actividad a desarrollarse un día antes, el 6 de mayo. 

Como la convocatoria lo señala son ya 12 años los que se ha celebrado este festival de gastronomía estatal y que han mantenido vigente quienes fueron alcaldes capitalinos, como el actual gobernador, Héctor Astudillo Flores y Mario Moreno Arcos, además de que ahora lo mantiene Marco Leyva. 

Incluso se buscará darle difusión en la Ciudad de México, para tratar de atraer a visitantes y consumidores, además de que hay muchos guerrerenses que viven allá y a los que seguramente les llama la atención darse una vueltecita, para disfrutar de ese platillo y esa bebida, que no son fáciles de conseguir en la capital del país, porque la mayoría de los que allá se ofrecen no tienen las características de los que se disfrutan en Guerrero y que ahora estarán a su disposición durante una semana, incluido el Día de la Madre, que en todas partes es festejado y que este Festival ofrece en las mejores condiciones y características. 

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Alarmado porque se cayó en preferencias del electorado tras la masacre de estudiantes normalistas de Iguala, donde 43 fueron desaparecidos, el PRD es el único partido que exige la caída del gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores. La mayoría de los guerrerenses aprueba la gestión del mandatario estatal.

Resulta muy sospechoso que luego del asesinato del ex diputado local, Demetrio Saldívar Gómez, el PRD se “cuelgue” de ese condenable hecho para exigir, primero, la renuncia de dos funcionarios: Florencio Salazar Adame, Secretario General de gobierno y del Fiscal General del Estado (FGE) Xavier Olea Peláez. Ambos, siguen en sus cargos.

Ayer, el CEN del PRD durante su pleno demandó la caída del gobernador Astudillo Flores, y quien sacó el acuerdo -por consigna de sus hampones jefes, Los Chuchos- fue la rencorosa ex candidata perdedora a gobernadora, Beatriz Mojica Morga y la jefa de ésta, la cínica multimillonaria, Alejandra Barrales.

Fuera del PRD, ningún partido político, ni el Congreso de Guerrero, la Cámara de Senadores, el clero, la UAGro, diputados federales, empresarios o la sociedad civil han pedido la desaparición de poderes o la dimisión del gobernador Héctor Astudillo Flores, quien desde que inició su sexenio se ha dedicado a trabajar y gestionar apoyos ante la Federación. Héctor, junto con su esposa Mercedes Calvo de Astudillo trabajan hasta los fines de semana; no han tenido vacaciones.

Lo que se percibe es que los mafiosos que dirigen el PRD –Los Chuchos- quieren sacar raja política del asesinato del ex Secretario General estatal perredista, Demetrio Saldívar Gómez. 

Hay quienes proponen a la Fiscalía General del Estado que investigue el entorno privado del ex diputado Demetrio Saldívar Gómez, sus negocios, conducta pública, operaciones comerciales y bancarias.

Pero además, trascendió que el dirigente estatal del PRD Celestino Cesáreo promueve la candidatura de Andrés Manuel López Obrador, y Demetrio Saldívar no estaba de acuerdo. La relación entre ambos no era cordial.

Varios ex líderes “emblemáticos” del PRD, andan como matraqueros del Peje AMLO. Ninguno de este grupito exige la caída del gobernador Héctor Astudillo, porque están más interesados en que el Peje los tome en cuenta cuando venga a Guerrero.

Mientras tanto, a través de las redes sociales el gobernador Héctor Astudillo ha recibido infinidad de mensajes de respaldo y aliento; solo un reducido número de cibernautas lo critican negativamente y hasta sueltan rumores de su “renuncia”, lo cual es más falso que un billete de diez pesos.

A través de las redes sociales se publicita que quienes podrían estar detrás de la campaña de desprestigio en contra del mandatario Héctor Astudillo, son los ex gobernadores Rubén Figueroa Alcocer y René Juárez Cisneros; también señalan al ex alcalde de Acapulco Manuel Añorve Baños, a quien apuntan para un supuesto “interinato”. 

A la sucia campaña -antiastudillista- se han sumado el júnior Rubén Figueroa Smutny, el alcalde de Acapulco Evodio Velázquez Aguirre, ciertos políticos y seudo periodistas resentidos porque Héctor no les dio algún cargo dentro de su gabinete. En venganza, arremeten con furia contra el gobernador Astudillo.

En Guerrero, como ya lo citamos, tres gobernadores han caído del poder como consecuencia de asesinatos de ciudadanos civiles: 

-Raúl Caballero Aburto, por la matanza de más de veinte ciudadanos a manos del Ejército Mexicano (Chilpancingo, 30 de diciembre de 1960); Rubén Figueroa Alcocer, por la masacre de 17 campesinos en el vado de Aguas Blancas (Coyuca de Benítez, junio de 1993) y Ángel Aguirre Rivero, por el asesinato de seis personas y la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa (26 y 27 de septiembre del 2014, Iguala de la Independencia).

La espiral de la violencia en Guerrero no inició con la administración que encabeza Héctor Astudillo Flores; ya estaba la entidad viviendo enorme crisis por la inseguridad y violencia desde hace más de una década, cuando asumió el cargo el ex mandatario Zeferino Torreblanca Galindo (2005).

En horas difíciles para Guerrero, que vive una etapa de violencia generada por fuertes intereses del crimen, el gobernador Héctor Astudillo Flores tiene el respaldo de la mayoría de los 81 presidentes municipales, el Congreso Local, la iniciativa privada, el clero y las fuerzas representativas del estado. 

No vemos salir a las calles contingentes de miles de ciudadanos exigiendo la caída del gobernador Héctor Astudillo. 

Lo que se ve es una desmedida ambición de grupos políticos -priistas y perredistas- por seguir detentando el poder por el poder, y que ahora utilizan la muerte del dirigente estatal perredista, Demetrio Saldìvar Gómez, para sacar raja política. Qué lamentable… Punto.

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