por Jorge Romero Rendón
Los acuerdos logrados el sábado en las conclusiones del V Congreso General Universitario, que permitirán la reelección del rector y de los directores de unidades académicas por una sola vez, manteniendo el derecho al voto universal y secreto de maestros, alumnos y empleados administrativos, representa un avance importante porque consolida la estabilidad política interna en la UAGro y reduce los conflictos entre grupos, en favor del trabajo académico e institucional.
En el frente externo, la UAGro ofrece una imagen de trabajo y de unidad que aparece como un bálsamo en medio de la crisis política y social que ha vivido desde hace un año el estado, crisis en la que la Universidad Autónoma de Guerrero no salió a las calles ni permitió que grupos radicales influyeran en sus alumnos, maestros ni en sus grupos políticos internos, evitando caer en la tentación de abrir frentes de conflicto que hubieran podido complicar más aún la vida pública del estado.
Por el contrario, la UAGro se mantuvo al margen de las rudas protestas de otros grupos –aunque manteniendo la demanda de justicia por el caso Ayotzinapa-, pese a que la línea político-ideológica de los líderes universitarios es de Izquierda, de búsqueda de la justicia social y de resistencia contra las injusticias del Estado, ideas que llevaron a las calles a sus miembros principalmente durante el período 1975-1985 en que pelearon por la entrega de un subsidio justo y en solidaridad con movimientos sociales de la época, incluyendo a las guerrillas.
Por eso es que resulta hoy muy significativo que tanto líderes políticos como académicos de pura sangre se hayan podido poner de acuerdo en un tema tan espinoso como el de la reelección de sus autoridades, habida cuenta de que cada proceso de elección de rector había sido durante décadas una guerra política interna en medio de luchas por el poder que llegó incluso a la violencia y la agresión entre diversos bandos.
Pero desde que hace tres años los universitarios se pusieron de acuerdo para que un solo candidato llegara a la rectoría con plena legitimidad interna, con acuerdos entre grupos y en torno a un solo proyecto que ha permitido el desarrollo académico más importante de la historia de la UAGro, donde la estabilidad política ha sido determinante para demostrar que en la máxima casa de estudios se podía hacer mucho más que grilla y arrancar el camino tantas veces pospuesto a la excelencia. Un ejemplo interesante es que ahora en foros públicos se puedan escuchar citas sobre la gran obra académica que dejó el maestro emérito Rafael Bonilla Romero, por encima de personajes revolucionarios históricos de la Izquierda.
De manera que hoy, con el tema de la reelección resuelto, quedan respondidas muchas preguntas en torno a qué pasará en el futuro de la institución, sobre todo porque vista la opción de continuidad del proyecto actual, la puerta que se abre es la del trabajo académico, de investigación y de extensión universitaria en un contexto de estabilidad política y de mejora financiera creciente…
Saldaña, Ortega, Astudillo…
En este espacio insistimos durante varias semanas sobre la necesidad de que el gobierno de Rogelio Ortega Martínez atendiera las demandas financieras de la UAGro, que en cifras oficiales mantenía un pendiente de hasta 600 millones de pesos.
Sin embargo, como lo han reconocido diversas fuentes universitarias, Ortega ha entregado puntualmente el subsidio ordinario a la UAGro por un lado, y demandado al gobierno federal los recursos extraordinarios que están pendientes, destinados sobre todo para la construcción de aulas, laboratorios, instalaciones deportivas y el remozamiento de edificios escolares deteriorados, así como para resolver adeudos con el ISSSTE y el FOVISSSTE, por lo que a pesar de algunos desencuentros, la relación entre el gobernador y el rector Javier Saldaña Almazán se ha mantenido firme, como se demostró el sábado en el acto de clausura del V Congreso General Universitario.
Rogelio Ortega ofreció “cerrar fuerte” con la aportación de importantes recursos a la UAGro antes de culminar su mandato, y por su lado el gobernador electo, Héctor Astudillo Flores ha ofrecido un apoyo financiero histórico para la universidad, lo que abre una ruta de confianza y de esperanza en que el futuro de la institución educativa más importante de Guerrero depare más realizaciones con mejora sensible de su calidad académica.
Un marco en el que destaca la muy cercana amistad entre Saldaña y Astudillo, que ha llevado a especular en la prensa que el rector podría sumarse al gabinete estatal… lo mismo que quedarse en la UAGro a consolidar la obra que lleva muy adelantada en términos de estabilidad, trabajo y en la construcción de un futuro promisorio para la institución. Por eso muchos se preguntan si valdría la pena dejar a medias ese esfuerzo. Pero la decisión final la tomarán ellos, Saldaña y Astudillo. Veremos…
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