Como los insectos cuando les fumigan sus madrigueras, políticos y grupos de poder ha comenzado a salir de ellas aturdidos y mareados por los potentes reflectores mediáticos. Pero esta salida –a diferencia de los insecticidas cuyo fin es aniquilar colonias enteras de plagas-, es deliberada. Obligada literalmente, por las circunstancias. La cercanía de los inminentes cambios en el gobierno estatal y la elección federal y local de julio de 2018, los ubica en la necesaria operación política. Y solo los más hábiles lograran coronar sus ambiciones de poder. Hay algunos que por su proclividad natural a no despegarse de la ubre del poder, destacan.
OPERACIÓN POLÍTICA OBLIGADA.- Hay dos grupos políticos que en las actuales coyunturas, operan con evidente desventaja en el tablero del poder local: el del ex gobernador Ángel Aguirre Rivero. Y el del ex edil de Acapulco, Manuel Añorve Baños. Pero como en política los distanciamientos y animadversiones, terminan muchas veces en acercamientos y adhesiones, ambos parecen generar esta vez, una posible alianza política. Se lee así:
1.- El ex gobernador Aguirre, reapareció públicamente apenas el pasado domingo en Acapulco. Dijo tener amistades políticas regadas por todos los partidos políticos. Y como para darle soporte a sus palabras, su principal operador, el senador Sofío Ramírez Hernández, se reunió al día siguiente con el dirigente del PRI municipal de Acapulco, Fermín Alvarado Arroyo, un figueroísta plegado en la actual coyuntura, al grupo político liderado por Manuel Añorve. El mensaje parece claro: sin pertenecer a ningún partido político, el ex gobernador busca rescatar amistades políticas que de nueva cuenta, apuntalen a su grupo político en la actual coyuntura. Pese a que el caso de los 43 normalistas desaparecidos siga siendo una demanda incumplida por el gobierno estatal y federal. Y le pegue de rebote, al aguirrismo.
2.- Aguirre y Añorve son primos. Ese parentesco los distanció en su momento –en la elección de enero de 2011-, pero eso no significa que la ruptura sea definitiva. Y los reencuentros políticos parecen estarse generando hoy. Como fondo de esa convenciera amistad y parentesco, subyace un claro objetivo de poder: la alcaldía de Acapulco. El fin es obvio: evitar a toda costa, la reelección del actual alcalde perredista, Evodio Velázquez Aguirre, quien ha operado con cierto éxito político, resistiendo las embestidas de poder tanto del propio gobernador Héctor Astudillo, como de Manuel Añorve y el dueño del partido Movimiento Ciudadano (MC), Luis Walton Aburto. Y son precisamente estos tres personajes los que pretende reunir Aguirre, con el fin de abortarle el escenario a Evodio. Es decir, echarle montón para evitar que siga gobernando Acapulco.
3.- Como aliado del gobernador Héctor Astudillo, el ex edil porteño Añorve Baños, va perdiendo fuerza al interior del gabinete astudillista. Y la renovación de la dirigencia estatal del PRI será referencial al respecto. Dos factores políticos parecen operar en contra del añorvismo: la prisa del presidente Peña Nieto por excluir en definitiva de la sucesión presidencial tricolor de 2018, a Manlio Fabio Beltrones Rivera. Y la presión en Guerrero del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien se llevó estratégicamente al senador René Juárez, como subsecretario de Gobierno de la Segob. De esta forma, Osorio Chong le metió mucho ruido no solo al gobernador Astudillo, sino a Manuel Añorve y al propio Ángel Aguirre, de quien el propio encargado de la política interna del país, le ha echado culpas reiteradas de la violencia y la inseguridad, cada vez que pisa suelo guerrerense. Así, una eventual alianza Aguirre-Añorve, se desprendería de la exclusión de éste último del reparto del poder local, en la coyuntura de los cambios en el gabinete de Héctor Astudillo. La reciente reunión de Fermín y Sofío, le dieron fuerza y contexto a dicho escenario.
HOJEADAS DE PÁGINAS…A diferencia de otros casos criminales que se han quedado en la impunidad, la Fiscalía General del Estado (FGE), operó con inusual celeridad para aprehender a los presuntos homicidas de los dos normalistas de Ayotzinapa, ejecutados en la carretera Chilpancingo-Tixtla. El fiscal Xavier Olea Peláez, opera esa dependencia con evidentes criterios políticos. Y mientras, la descomposición social se agudiza gracias a esta autoridad que prioriza los intereses políticos del gobernador en turno. No los de la sociedad en general.
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