El pasado 16 y 17 de Julio tuve de la oportunidad de asistir por segunda ocasión a uno de los festejos más jóvenes de la Costa Chica, en donde gracias al comisario de la localidad de los Lirios el señor Heliberto Teodoro Roque fue que me enteré de cómo inició esta festividad hace aproximadamente unos 20 años atrás.
Relatando que todo comenzó cuando doña Joaquina encontró abandonada en un rincón de la casa de un pariente suyo la desgastada fotografía, la que ahora es venerada por muchos paisanos de la Costa Chica, especialmente por los migrantes de esta región de nuestro querido estado de Guerrero.
La foto causó tal impacto en ella que se la llevó a doña Alejandrina, quien junto con doña Celsa Castro se dieron a la tarea de recaudar fondos para hacerle un nicho a la imagen pues consideraron era digna de venerarse.
Con los años la devoción por el “Divino Rostro fue creciendo a tal grado que tuvieron que establecer un comité que es el encargado de administrar,_por un año_, los festejos así como la propiedad y la capilla que fue edificada con el dinero que los paisanos envían desde Estados Unidos de Norteamérica, esto como un especie de compromiso o “manda” por los favores recibidos.
La Historia
De acuerdo con algunas versiones recabadas durante el festejo, la foto le fue tomada a un paracaidista del Ejército Mexicano en activo durante una práctica rutinaria.
Sin embargo este personaje que siempre solicitó el anonimato, relató que en esa ocasión su equipo se atascó, el paracaídas no abrió y este comenzó caer en picada.
Ante esto dijo que comenzó a orar pidiéndole a Dios que lo salvara, y lo que sucedió fue un milagro, ya que finalmente el paracaídas se abrió.
Un fotógrafo que siempre acudía a las prácticas y que miraba a la distancia lo sucedido, logró tomar la imagen cuando el paracaídas finalmente se había abierto.
Poco después al revelar el rollo su sorpresa fue mayúscula cuando al fondo de la imagen apareció el rostro de Cristo Jesús, al que los lugareños llamarían posteriormente el “Divino Rostro”, la foto le fue obsequiada al soldado como un testimonio del milagro acontecido.
Ya retirado del Ejército la imagen fue abandonada en alguno rincón de su casa, hasta que fue rescatada por las personas antes mencionadas, todas ellas originarias del pueblo de Copala.
La veneración al Divino Rostro ha crecido tanto que hasta la capilla acuden personas de todos los rincones de la Costa Chica, especialmente de Copala, Marquelia, Chautengo, Pico del Monte y San Marcos.
Mientras que durante todo el año los migrantes acuden a pedir su amparo cuando darán su inicio a su peregrinar por el unión americana, siendo su principal destino California, Arizona, Texas y Alabama.
Este año después de la misa de acción de gracias los integrantes del comité presidido por Magdaleno Carrillo Poblete, el secretario Socorro Carrillo y el tesorero Enrique Valente, organizaron la participación de siete grupos musicales, manteniendo el orden y la sana convivencia entre la paisanada que se mezcló entre políticos y amigos que acudieron al crucero de Campanilla a venerar la imagen del Divino Rostro como fue el caso de los alcaldes de Marquelia, Javier Adame Motalvan y de Florencio Villarreal, Ociel Hugart García Trujillo, así como el titular del IGIFE José Efrén López Cortés.
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