“Marchita el alma, triste el pensamiento, mustia la paz herido el corazón”, según vieja canción así mi ánimo que por lo achacoso de mi humanidad atribuí a diversas causas hasta que descubrí que el origen de sus quebrantos no es otra cosa que la decepción revuelta con un poco de envidia.
Esta decepción hizo presa de mi espíritu al constatar que mi viejo y muy querido AZOYU, a marchas forzadas, se está y lo están marginando del progreso y de las nueve formas de gobierno la ineptitud y la irresponsabilidad de sus gobernantes, y en contraste la eficacia, la vergüenza y el sentido del deber de quienes rigen el destino de los nuevos municipios de Marquelia y Juchitán otrora aprendices de Azoyú; su estilo administrativo choca con el caduco y anquilosado que predomina en el pueblo que cuenta en su haber algo más de seiscientos años de rica historia.
Hace tiempo dejo de ser secreto que PRD, PRI, PAN y demás fauna política que padecemos es lo mismo; existen diferencias físicas y aparentemente ideológicas pero en el ejercicio del poder son iguales y, algunos hasta peores. No hay diferencias entre Rene Bejarano (a) “El señor de las ligas”, Jesús Zambrano (a) “El traga balas”, Vicente Fox, Carlos Salinas, Enrique Peña Nieto etc., revolcada pero es la misma gata.
Cuando la elección la euforia por la abrumadora victoria aumento ante la promesa de cumplir un viejo mandato constitucional de celebrar sesiones de cabildo abierto; saludable ejercicio democrático que la ley permite para que libremente la ciudadanía exprese sus inquietudes sobre los múltiples asuntos que ameritan ser atendidos y resueltos por sus autoridades, coadyuvando consecuentemente con el cabildo para la buena marcha del gobierno local.
Entusiasmados algunos ciudadanos, entre los cuales figuraba este viejo servidor, decidieron participar en el novedoso acontecimiento político, pero al calentarse el asiento por la tediosa y prolongada espera porque tampoco hubo pozolito ni café optaron por manifestar abiertamente la inconformidad prevaleciente entre los azoyutecos, porque si para los que hoy mandan y por vernos como nos ven no merecemos ni el saludo deben saber que AZOYU como importante conglomerado social merece respeto.
El lema de campaña “GOBERNAREMOS OBEDECIENDO AL PUEBLO” para nuestra desgracia solo quedo en ramplona, cursi y manida retorica barata porque su cumplimiento está a cien años luz, así como las ansiadas sesiones abiertas y por lo abultado de la nómina familiar financieramente es de suponerse que todo está en regla, razón por lo que tampoco hubo informe.
De no haber enmienda cada día serán más los azoyutecos convencidos de su enésimo fracaso electoral porque el remedio resuelto peor que la enfermedad; consecuentemente además de resignación los azoyutecos deben aguantar la vara, como siempre.
¡¡¡Quien los manda creer en los milagros de San Goloteo!!!
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