Por César González Guerrero.
Con el paso de los años, bien o mal, las generaciones pasamos a formar parte de la historia.
Así ha sucedido con nuestros antepasados, Tatarabuelos, Bisabuelos, Abuelos y Padres. De ellos no nos quedan más que los recuerdos, aunque quizá con algunas excepciones, a esta fecha no los hemos olvidado. Con tristezas y alegrías siguen presentes.
Quienes seguimos disfrutando de los tiempos actuales del siglo XXI, este mes de Diciembre, el último del año sirve para reflexionar acerca de lo importante que es valorar la vida y sus circunstancias.
Es cuando la mayoría de la población evalúa los acontecimientos sociales y prevalecen los mejores momentos y deseos de paz, alegría, felicidad, amor, armonía, etc.
Sin embargo, es muy lamentable aceptar, en estos días de fin de año, que se presentan conflictos de todo tipo, tanto a nivel internacional como nacional.
Quienes hemos y seguimos siendo testigos, a esta fecha, aún persisten las guerras, tragedias naturales y hechos que entristecen hogares, en plenas fiestas decembrinas.
No hay, no han existido, instancias, organismos y gobiernos capaces de evitar las confrontaciones internas y externas. A nivel mundial, quienes supuestamente están para unificar y pacificar las naciones, no cumplen su objetivo. Ahí esta la ONU y la OEA, como ejemplo.
Millones de muertes, de todo el mundo, de todas las edades y sexo, cada año, son el resultado de una lucha por el predominio de un país sobre otro. Y la sociedad civil impotente ante esta desagradable situación.
A nivel Nacional, las estadísticas están a la vista, los hechos diarios, y en todos los estados de la República nos muestran sucesos fatales muy lamentables que, a veces se pretenden esconder.
Diciembre, último mes del año, nos invita a buscar mejores horizontes para un próximo año nuevo. Es un espacio que ayuda a analizar y evaluar los acontecimientos desde una perspectiva familiar, con mucho optimismo y fe en que nos irá mejor. Es lo que sucede en cada uno de los pequeños pueblos de Guerrero.
Acá, en el área rural, en donde las tecnologías y vicios de la modernidad están tratando de acabar con nuestras fiestas tradicionales y costumbres populares, persiste la confianza en las autoridades federales, estatales y locales, esperando se cumplan todas las expectativas que han generado en la sociedad, con proyectos, programas, promesas y compromisos contraídos.
En Guerrero, donde los desastres naturales e históricos no han logrado doblegar a los guerrerenses, existe la incertidumbre de su destino; la pobreza sin erradicarse, la violencia e inseguridad cada día con mayor fuerza, y una población ansiosa de ver cumplidas sus peticiones de hace tiempo, seguramente estarán vigilando los movimientos gubernamentales para tomar decisiones de trascendencia.
Solo como un recordatorio, acá en la comunidad de Playa Ventura, municipio de Copala, región Costa Chica, uno de los proyectos turísticos de mayor importancia en Guerrero y México, los ciudadanos están esperando se cumplan los dos principales compromisos, de tantos pendientes, prometidos por el Presidente de la República, desde hace tres años:
Introducción del Drenaje y el Rompeolas.
Hasta donde se sabe, para el drenaje el entonces gobernador Héctor Astudillo, autorizó y liberó la cantidad de 4 millones de pesos, que a esta fecha se desconoce si aún están disponibles.
Del Rompeolas tal parece que ninguna autoridad sabe nada.
Vamos a esperar que el próximo 2024 se hagan realidad esos dos compromisos públicos del Presidente.
Mientras tanto, como todos los años, expresamos nuestros mejores deseos para que en estas fiestas decembrinas el espíritu Navideño y Año Nuevo, con todo y sus Posadas, disfruten en unión de sus seres queridos.
¡¡Felicidades, Familias Guerrerenses!!
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