De manera estratégica el presidente de México Enrique Peña Nieto cambió el formato de su cuarto informe de gobierno, trata de evadir los reclamos en estos momentos en que el país atraviesa momentos difíciles, crisis económica, crisis política, desestabilización social, inseguridad, plagios de tesis, falta de credibilidad.
La convulsión generada desde el gobierno federal nos afecta a todos. El frente abierto con la CNTE es que reviste mayor atención, los maestros han anunciado protestas, manifestaciones y cierres de carreteras autopistas en repudio a la Reforma Laboral.
Al menos en el estado de Guerrero ya se tomaron acciones preventivas, en palacio de gobierno y Congreso del estado no habrá labores. El mandatario nacional explicó a través de las redes sociales que entregará el próximo 1 de septiembre el informe sobre el estado que guarda la administración federal al Congreso de la Unión, como lo marca la Constitución.
El proceso de cambio en el país está sujeto a las reformas, es ahí en donde radica el avance en todos los sentidos y es ahí también donde se establecen y se clarifica que el país no está preparado para aceptar lo que se propone desde el centro del país.
El presidente Peña no ha logrado sentar las bases sólidas para que su gobierno se fortalezca, la imagen presidencial está desgastada, cuestionada y envuelta en escándalos de corrupción, la bola de cristal en la que todo se mueve permite ver todo, nada se puede ocultar. Las redes sociales juegan hoy un papel importante todo es transparente, nada se puede ocultar y son los mismos ciudadanos los que cuestionan, denuncian y arman juicios.
El año 2018 es electoral, no solo se va a definir la presidencia de la República sino el destino del país, frenar las reformas o fortalecerlas mediante una estrategia que involucre a los sectores productores del país. Esa será otra historia y entonces esteremos hablando de otras cosas.
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