Lamenta gobernador Astudillo la emboscada a policías estatales, donde murieron tres.
Dos balaceras se dieron en días pasados, una en la comunidad de Pueblo Viejo, del municipio de Heliodoro Castillo (Tlacotepec), donde un grupo de 15 policías estatales fueron víctimas de una emboscada en la que murieron tres efectivos, entre ellos un comandante, además de causar la muerte de tres sicarios, y dejar varios heridos.
La otra balacera fue menos difundida, porque se produjo entre dos grupos aparentemente delincuenciales, ocurrida en Chamacua de Michelena, del municipio de Coyuca de Catalán, en la que se habla de 4 muertos y 4 heridos, que no habían sido plenamente confirmados por las autoridades.
El gobernador Héctor Astudillo lamentó la agresión de que fueron objeto los uniformados del estado, los que estuvieron varias horas bajo el fuego de más de un centenar de delincuentes sin recibir ayuda, pues aunque la Marina lo intentó al transportar en helicóptero a una veintena de policías, las malas condiciones atmosféricas impidieron que pudiera aterrizar y ayudar a quienes estaban sitiados por los delincuentes.
Horas más tarde elementos del Ejército pudieron llegar por tierra al lugar del enfrentamiento, lo que provocó la huida de los agresores y el resguardo de los policías estatales que estaban a merced de los delincuentes, aunque se defendieron con habilidad y valor, aunque sufrieron tres bajas y otros heridos.
Está claro que la delincuencia se encuentra muy desarrollada y con armas de alto poder en esos lugares, en la sierra del estado, municipio de Tlacotepec, donde siempre han proliferado los grupos armados, ya que es la zona donde mayor cantidad de amapola se siembra y se aprovecha para sacar la goma de opio, que da lugar a otras droga, la heroína, que tienen alta demanda en el país del norte, a precios bastante elevados, lo que representa fuertes ganancias para los diversos grupos que representan la escalera delincuencial y donde los menos favorecidos son los campesinos que la siembran y la cosechan.
Esta delicada situación se da en el marco del nuevo retiro de la Policía Federal de la región Norte del estado, ya que nuevamente son enviados a Oaxaca y Chiapas para hacer frente a los desmanes, destrucción y ataques de la CNTE, que en esos dos estados representan tanto o más daño que la delincuencia organizada.
Eso muestra la necesidad de mejorar y capacitar a nuevos grupos de la policía estatal, para que puedan hacer frente a los grupos delincuenciales y como en la actualidad son insuficientes, tienen que ser respaldados por el Ejército y la Marina.
ALCALDES PERREDISTAS DE ACAPULCO, TIXTLA Y ZUMPANGO, ACTÚAN COMO SEÑORES FEUDALES.
La ignorancia y los malos asesores de los alcaldes perredistas de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre; de Tixtla, Hossein Nabor Guillén, y el de Zumpango, Pablo Higuera Fuentes, los hacen caer en errores elementales que mantienen y hasta exigen que se les respeten, como si formaran parte de una comunidad política, ajena e independiente dentro del estado de Guerrero.
Evodio se queja que el secretario de Finanzas del estado, Héctor Apreza, se entromete en los asuntos municipales, con lo que viola la autonomía de su gobierno, en relación con el préstamo de 158 millones de pesos que pretende gestionar sin cumplir con los requisitos y las normales legales básicas.
Claro que la autonomía municipal es muy importante, pero no advierte el edil porteño que no puede estar sobre las normales establecidos en las Constituciones políticas del estado y de la República y las leyes fiscales que norman ese tipo de préstamos financieros, que no se puede manejar a capricho de los alcaldes y sus cabildos, porque eso fue lo que antes provocó muchos problemas que ahora se arrastran.
Lo que Apreza hizo fue aleccionarlos e instruirlos sobre los requisitos que la ley exige para autorizar y tramitar esos préstamos, pero si insiten en hacer valer su limitada autonomía municipal y deciden obtener el crédito, si es que hay quien se los concede, estarían colocándose en una situación que les provocarían consecuencias administrativas, legales y resarcitorias, como les hizo ver el encargado de las finanzas del estado.
Los ediles de Tixtla y Zumpango, sobre todo el primero, se ha montado en su macho para impedir el uso del basurero municipal que se gestionó desde la administración de Mario Moreno y del que existen acuerdos de cabildo firmados por las dos comunas, de modo que nada tienen de irregulares, como pretende engañar Hussein Nabor, mientras que su colega Pablo Higuera se ha dedicado a respaldar la actitud absurda y violatoria de los convenios signados de si compañero.
Esos tres ediles amarillos, salidos de las filas del PRD, actúan como antiguos señores feudales, que suponen que su territorio o feudo, es cerrado, que se manejan con sus propias normas y leyes y que poca a ninguna relación tienen con los municipios vecinos, a los que niegan toda ayuda y relación, las mismas que tiene dos sentudos, porque tarde o temprano tendrán necesidad de volver a interactuar con Chilpancingo, para atender necesidades y servicios.
Esa actitud de cerrarse a la utilización del basurero, que reúne las mejores condiciones de operación, de productuvidad y de cuidado del medio ambiente es de lo más absurdo y muestra la muy limitada capacidad política de esos dos personajes, que no ven más allá de sus intereses políticos sectarios, con una mentalidad provinciana y pueblerina, que tiene que superar para colocarse en los tiempos actuales.
Con esa política de cerrazón municipal, dentro de poco no van a querer que la gente transite por su territorio y serán capaces de cerrar las carreteras que los cruzan, lo mismo que si alguien aprovecha el agua que fluya por sus tierras y que buscarán municipalizar, para que nadie más la aproveche.
Se conducen, pues, los tres ediles señalados, y seguramente otros más que no han salido a la luz con sus tonterías y extravagancias, como mínimos administradores de señoríos feudales, cerrados a los demás y encerrados en sus limitaciones y extravagancias absurdas, fuera de lugar y de tiempo.
El PRD, con sus 3 gobernandores anteriores, ya le hizo perder a Guerrero 10 años de progreso, por la incapacidad y corrupción de sus administraciones y esas debilidades y graves limitaciones las repiten ahora esos tres mínimos ediles, que buscan encerrar a su gente y sus terrirorios dentro de los estrechos márgenes de su incapacidad e intolerancia.
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