Aún no se levanta de la derrota electoral del 5 de junio pero al interior del PRD se comienzan a mover las fichas con miras al 2018.
Silvano Aureoles apela a la pureza ideológica y a no ir más en alianza con el PAN como lo plantea el renunciado dirigente Agustín Basave, quien señala que de ir solo en el 2018 su partido le ayudaría al PRI, y acusa al gobernador Michoacano de ser el candidato perredista del dirigente priísta Manlio Fabio Beltrones.
El trasfondo de estos dimes y diretes que en entrevista publicada por El Universal inició Aureoles, no es nada más la pugna por sentar en la dirigencia nacional que deja Basave a una persona afín a Nueva Izquierda, sino cerrar el paso a Miguel Ángel Mancera, quien no se ha afiliado a ese partido y prefiere continuar como externo.
No hay que olvidar que el desdibujamiento ideológico perredista no obedece solamente a las alianzas electorales con la derecha promovidas por Basave, sino también a la pactocracia consumada por la corriente Nueva Izquierda, impulsora de la gubernatura de Aureoles, que permitió implementar en el país reformas neoliberales contrarias a la ideología perredista.
Luego entonces, no se debe perder de vista que detrás de ese llamado a la “pureza” la única intención es poner el candado de postular sólo a militantes, y no necesariamente la de retomar el camino de la ideología plasmada en la declaración de principios de su partido. Es decir, se trata de aprovechar la coyuntura para eliminar adversarios hacia la candidatura presidencial, en específico a Miguel Mancera que se mantiene como externo.
Sin embargo resulta interesante la invocación a la ideología porque otra cosa que ha perjudicado al PRD es efectivamente la adopción de candidatos que son despreciados en otros partidos que, al llegar al gobierno, obviamente lo ejercen al estilo de sus institutos de origen y no incorporan los principios del PRD.
Esto es algo que el propio Silvano deberá demostrar primero en Michoacán, que un gobierno “ideológicamente puro” sí es capaz de aplicar su propio sello, para darle sentido a su propuesta.
Por el mismo camino van las corrientes IDN y ADN al proponer que se aproveche la coyuntura para adelantar la renovación de las dirigencias en todo el país, elección interna que debe efectuarse en noviembre de 2017.
No obstante tiene sentido que se adelanten los cambios para evitar en la medida de lo posible una de las recurrentes crisis internas a pocos meses de la elección presidencial, el fondo es el mismo: obtener el mayor número de espacios de poder posibles al interior de ese partido.
Mientras tanto ya se manejan nombres para suceder a Basave, los Chuchos a la secretaria general Beatriz Mojica, a la que algunos perredistas ven como el brazo del ex gobernador de Guerrero Ángel Aguirre Rivero en el Comité Ejecutivo Nacional, y la corriente mayoritaria ADN ha propuesto a Pablo Gómez.
Quien resulte dirigente tendrá el reto de volver a hacer del PRD una fuerza competitiva o darle el tiro de gracia, con pureza o sin ella. Ahí se verá.
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(Foto: www.sinembargo.mx)
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