*La ausencia de probidad y de honestidad, marcan el desempeño de algunos legisladores…
*Asuntos relevantes de la entidad que deben ser abordados con atención y profesionalismo, se banalizan…
Las materias que forman parte de la agenda legislativa en el Congreso del Estado deben abordarse con responsabilidad y técnica parlamentaria. La tarea para los diputados no es sencilla, puesto que convergen distintos elementos: las exigencias y necesidades que deben recoger de la ciudadanía; la capacidad de adaptación de éstos, ante los vertiginosos acontecimientos sociales y económicos de la entidad; el caudal histórico de pendientes por atender; las responsabilidades constitucionales que su encargo les mandata; y por si fuera poco, la obligación de enaltecer con su labor al Poder Legislativo estando a la altura de los desafíos de la alternancia.
Habitualmente la cámara de diputados local ha sido la caja de resonancia de las diferentes organizaciones y sucesos sociales, el lugar en dónde se celebran las negociaciones de los aspectos más relevantes para la entidad, en síntesis, el sitio dónde descansa gran parte de la gobernabilidad del Estado. En esta soberanía se crean las leyes, aunque a veces, lejos de vigilar su cabal cumplimiento y desempeñar un comportamiento coherente, algunos legisladores locales la infrinjan. Lo anterior viene a colación, luego de que en esta LXI legislatura se manifieste de manera frecuente el fenómeno del plagio.
VAMOS PARA ATRÁS.
El plagio tiene su origen en una antigua anécdota del siglo V a.C., durante la celebración de un concurso de poesía, un grupo de concursantes presentaron presentaron como propias viejas obras existentes en la biblioteca de Alejandría, una vez descubiertos, se les sancionó como ladrones. Este pasaje de la historia es vigente, porque aunque han transcurrido muchos siglos desde entonces, no hay gran diferencia entre esos pseudo poetas y algunos legisladores locales oaxaqueños, a los que a diferencia de los primeros, ni siquiera se les sanciona. Claro, en la actualidad los mismos diputados, ya tipificaron como delito el plagio.
Hace unos meses la dip. priista Carolina Aparicio plagió una iniciativa de la Ley Forestal, que fue rechazada al descubrir que era la misma a la que presentó 8 años antes el Consejo Estatal Forestal (con pequeñas modificaciones en la exposición de motivos). Y ahora el Presidente de la Junta de Coordinación Política, el diputado priista Martín Vásquez Villanueva, incurre en una doble falta al remedar el trabajo de otros, cuestión que afecta la imagen de nuestra institución parlamentaria.
UNO. Porque de las 6 iniciativas que ha presentado, dos de ellas ya habían sido presentadas. La primera fue la “Ley de Paternidad Responsable” que su jefe el ex gobernador Ruiz Ortiz ya había presentado con anterioridad, lo cual delata indiferencia en el tema, pero ésta al ser creación del mismo grupo no es tan ofensiva como la segunda, puesto que la copia fue de casa. Me refiero a la “Ley de Fomento a la Lectura”, una idea original del Presidente de la Asociación de Libreros de Oaxaca, Guillermo Quijas Corzo, que ante el incumplimiento del precio único en el país, y el bajísimo consumo de libros en la entidad propuso una serie de medidas de estímulo y promoción del hábito a leer como: la creación de salas de lectura en comunidades urbanas y rurales, la construcción de bibliotecas móviles, apoyos económicos a iniciativas ciudadanas que impulsen el fomento a la lectura, ente otras propuestas como consta en www.eluniversal.com.mx/cultura/65294. A lo que el legislador tricolor no solo la hizó suya como propia, el 6 de julio de este año, sino que jamás reconoció la creación original de su autor.
DOS. El diputado Vásquez Villanueva enfrenta un claro desafío: corregir la imagen de la que esta marcado por un régimen de cinismo y holgazanería, y en consecuencia, ser cuidadoso en no reproducir las conductas que ya fueron rechazadas y estigmatizadas por la misma sociedad.
Si bien este diputado, es considerado un tipo afable que contribuyó a no acrecentar la lista de desempleados en la entidad, al acomodar en la nomina del congreso a cerca de 20 asesores de primer nivel, entre ex funcionarios de la administración anterior y recomendados familiares. Estos debutantes consejeros legislativos, no procuran con su labor de estudio la calidad ética ni profesional de su jefe que aspira a un escaño en el Senado de la República. ¿Acaso pretende que con esas acciones podrá convencer a la ciudadanía, de que hará un buen papel en la Cámara Alta?
Los legisladores de oposición en una democracia deben ser constructivos. El papel de una oposición responsable es actuar de modo ejemplar para, poder ejercer su derecho a cuestionar los vicios en los que puede incurrir la administración en funciones. Deben ejercer la denuncia ante todo acto contrario a los intereses de Oaxaca y ejercer con responsabilidad el derecho a legislar, orientado a mejorar la gestión pública del estado. En Oaxaca no deben continuar anteponiéndose los intereses mezquinos con fines electorales, es momento de desterrar el gatopardismo, e instalar la cultura de la honestidad.
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Hay 585 invitados y ningún miembro en línea