En Guerrero, al calor de las campañas por la gubernatura está pasando un fenómeno cuando menos curioso: mientras el PRI se ha movido hacia la izquierda, con propuestas que pintan un gobierno de abierto contenido popular y que propone como premisa el desarrollo social de la entidad más pobre del país, el PRD –partido que ha representado a la izquierda mexicana desde su fundación en 1989-, se ha movido a la derecha al rechazar propuestas de eminente contenido social.
Un pequeño ejemplo de ello es que mientras el candidato del PRI propone desarrollar el campo a partir de apoyar al campesino con fertilizante gratuito, los perredistas se oponen a ello; mientras el abanderado tricolor propone eliminar el impuesto de la tenencia vehicular que el propio presidente de la República ya eliminó a nivel federal, pero lo dejó en los estados, los perredistas han votado contra esa propuesta, pese a tratarse de un impuesto anticonstitucional.
El resultado ha sido el obvio: el PRD se ha ido desgranando pues personajes que se han formado en la izquierda y que entienden que ser de izquierda es defender políticas sociales de beneficio a los más pobres, se han ido acercando a la campaña del priista Manuel Añorve Baños, candidato de la coalición Tiempos Mejores para Guerrero, influyendo en las organizaciones de productores y de sociedad civil, así como de universitarios a mirar también con simpatía la candidatura de Manuel Añorve.
Los personajes que ahora apoyan al candidato priista, son conocidos, en Acapulco, por ejemplo, son casi todos los regidores que llegaron al Cabildo por el PRD, por el PT y por Convergencia, además del coordinador de la alianza DIA, que respaldo a López Obrador; en Chilpancingo son algunos regidores y líderes de colonias, incluyendo al ex presidente del PRD en el estado, uno de sus fundadores: René Lobato, en Costa Chica y Costa Grande, promotores del voto de los precandidatos perredistas que fueron hechos a un lado para imponer Ángel Aguirre Rivero, se han sumado con Añorve; en Tierra Caliente y Montaña, son cientos de perredistas los que se han pasado a la campaña de Manuel Añorve, al grado que en un café algunos analistas se preguntaban, ¿Y quien va a hacer la campaña por Aguirre? ¡pues los de afuera, los que envió Jesús Ortega, respondió uno.
Pero no es cierto, no sólo son ellos, los de afuera, también hay gente bastante radical, cuya ideología fácilmente pasa de la extrema izquierda a la extrema derecha, que está con Ángel. En un evento de campaña al que acudí como periodista, pude ver personas morenas con el brazo levantado gritando no consignas de triunfo, sino de odio contra Añorve, llamándolo por su apodo; eran decenas, que en vez de corear el nombre de su candidato, coreaban el de su oponente, pero en son de burla.
La situación es de tal desesperación en el PRD por la forma en que se les está desgranando la mazorca que algunos de sus miembros, como Ulises Guzmán, no han dudado en promover una campaña contra Acapulco a través de desplegados donde difunden lo peor del puerto para restarle simpatías al priista.
Ese mismo tono a adquirido una campaña en las redes sociales, donde algunos simpatizantes de la coalición Guerrero nos une, no usan casi el apellido real del candidato priista, sino su apodo y en vez hacer propuestas lo insultan.
Es preocupante en ese sentido el derrotero que está tomando la campaña pues los ánimos se pueden desbordar, tanto porque uno no sabe hasta donde puede desembocar una campaña perredista que más que campaña parece contracampaña, es decir, que promueve el ataque y el rencor, como porque desde el PRI también puede haber –de hecho la empieza a haber- respuesta. El insulto genera insulto, el encono genera encono. Quizá por eso a la comitiva que acompañaba a Aguirre la semana pasada, la misma que coreaba el apodo de Añorve, le hayan aventado huevos desde alguna escuela en Acapulco.
La campaña del PRD, de esa manera está dilapidando el capital político político y la popularidad de Ángel Aguirre, al grado que las mediciones que hacen algunas empresas e instituciones, registran ya un estancamiento del ex gobernador mientras el abanderado priista continúa en crecimiento.
El PRD no ha entendido que es el partido que representa a la izquierda y que su campaña debiera hacerse desde esa perspectiva, que el candidato que tienen no es para una campaña peleonera, sino conciliadora, que no se puede abandonar demandas viejas como la de la derogación de la tenencia y lo del fertilizante gratuito y las medicinas baratas, sin que haya consecuencias.
Por otra parte, el PRD o quien se encarga de manejar los recursos finacieros que les han sido otorgados por el Instituto Electoral para la campaña y que es una cantidad muy similar a la que se otorgó al PRI, parece más preocupado por quedarse con el dinero guardado, que utilizarlo para la campaña.
En ese sentido eso le afecta al candidato pues en los medios está más presente Añorve que Aguirre y no es que uno tenga más dinero que el otro, es simplemente que uno lo está usando para la campaña, para eso se los dio el gobierno, no es de su bolsa, mientras el otro lo está guardando quizá para repartirlo entre ellos, una vez acabada la campaña.
Por eso, al rebasar Añorve al PRD por la izquierda, en un estado donde miles simpatizan con la izquierda, con la suma de militantes y dirigentes de izquierda a la campaña de Añorve, más la estructura tradicional del PRI, todo indica que se empieza a perfilar un triunfo de la coalición Tiempos mejores.
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