La solidaridad, es un acto humano. La puñalada trapera normalmente es una traición, por ser por la espalda. Lo del perro, no come carne de perro, se refiere a un acto donde los iguales buscan apoyarse, solidarizarse y cerrar filas, en aras de que nadie extraño, ataque y quebrante la salud de quien es gremialmente colega, camarada, compañero. El gremio periodístico, por ejemplo, busca poner en alto, aquello de que perro no puede comer carne de su igual. Aunque hay excepciones que por ser algunos caníbales y carroñeros por sus acciones, se destacan. En la viña del Señor, hay de todo. Pero normalmente cuenta la solidaridad, el apoyo, la mano, el pan y la sal, cuando es lo único que hay. En fin. Sin ser religioso, asumo ser amigo y entender que cuando alguien requiere mi solidaridad, la tiene.
Ayer leía con atención una declaración, desde mi punto de vista desafortunada, contra una persona que lamentablemente hoy pasa por un trago amargo. Me refiero a Don Juan Alarcón Hernández, quien es el Ombudsman guerrerense, no por que así lo haya querido él, sino porque un congreso local y legal le otorgó el mandato que ahora ostenta. Congreso que en aras de evitar que cualquier gobernante abusivo lo intentara quitar, la ley establece que sólo podrá ser removido por jubilación que le otorgue el Estado o por muerte.
Nadie en su sano juicio podrá acusar a Juan Alarcón Hernández de deshonesto, de no haber cumplido su cometido, como lo marca la ley. De haber hecho escuela. De haber enfrentado retos contra la corriente de los poderosos que hace algunos años estigmatizaba a los Ombusdman. En los años que lleva como responsable de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, ha sido atacado por funcionarios corruptos, por gobernantes igual, por policías deshonestos y por quienes afecta sus intereses. Normalmente han sido funcionarios a quienes ha exhibido por no respetar los derechos de las personas. La gente humilde, son normalmente quienes no tienen quien los defienda, son quienes le viven realmente agradecidos. Los poderosos, no lo quieren.
Es en justicia, que quien ha dado parte de su vida, en aras de defender a los que menos tienen, se le premie con lo que mínimamente debe ser. Una jubilación honrosa. Hoy que vive, como muchos ciudadanos, en busca de enfrentar una enfermedad como el cáncer, surge una voz de un diputado, quien es presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso, Jorge Salazar Marchán, quien solicita que mejor renuncie, para que vengan otros a hacer lo que él no puede.
“Por salud institucional, por fortalecer la institución, marco legal y estado de derecho es viable que considere dar paso a una renovación del órgano en cuanto a su dirección y someternos al proceso legal porque ese término de inamovible es único en el país”, dijo. Agregó: “Es correcta la renovación del órgano autónomo, no nos podemos limitar a una voluntad personal cuando tenemos problemas inminentes en este estado, como desplazados, armados y grupos acosados por las fuerzas públicas”.
La cita anterior, retrata a un diputado que puede tener razón, pero muestra a una persona que quiere hacer leña de una persona a la que hay que tirar, cuando deja de servir. Es un carroñero.
Por fortuna la institución Coedehum no es Juan Alarcón, porque podrá morir como todos los humanos, pero lo sembrado, los funcionarios, los que ahí laboran seguirán haciendo lo que con el tiempo y la experiencia les ha permitido abrevar de la actitud de un personaje como Juan Alarcón Hernández, de quien no dudo que haya cometido errores, pero al menos han sido borrados por su bondad, actitud solidaria y sobre todo humana y de apoyo a quienes nunca tuvieron defensa. Los pobres, a los que defendió siempre, contra el abusivo y poderoso funcionario o policía, soldado o agente del poder.
Hoy, los diputados, debieran pensar, como ya lo dije en otro momento en jubilar a Don Juan y dejar que se vaya a enfrentar a su casa, al hospital o al lugar que elija a esperar lo que tenga que venir. La jubilación es un acto de justicia, para todo trabajador. Me extraña que un diputado del Partido del Trabajo, ignore y establezca que mejor se vaya a morir, y deje trabajar a quienes se distinguen precisamente y en el caso de Jorge Salazar Marchan, por ser un miserable carroñero. Gracias. Comentarios; Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. Y Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Hay 353 invitados y ningún miembro en línea