A solo unos días de que el gobernador Ángel Aguirre Rivero presente públicamente el resultado de las investigaciones de la Procuraduría estatal (PGJE) sobre la responsabilidad de exalcaldes de Acapulco en las inundaciones sufridas por la zona Diamante al haber otorgado permisos de uso de suelo y licencias de construcción en zona de humedales, Zeferino Torreblanca y Alberto López Rosas empiezan a tirar patadas de ahogado contra la prensa. Fue primero en este espacio y luego en diversas columnas de medios estatales y nacionales en los que se ha denunciado reiteradamente lo que ya todo el mundo sabe: que los principales responsables de otorgar esos permisos y licencias fueron principalmente los exalcaldes perredistas Zeferino Torreblanca, Alberto López Rosas y Félix Salgado Macedonio, de acuerdo con las fechas de construcción de más de 10 mil casas y departamentos de fraccionamientos edificados por las empresas Ara, Homex y Geo, como hemos citado aquí.
Y ha sido gracias a esas múltiples denuncias que el ambiente político de Guerrero ha absorbido el tema, nutrido también por la exigencia del presidente Enrique Peña Nieto, del gobernador Aguirre y del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, de fincar responsabilidades a los culpables, lo que está llevando a los inculpados a un callejón sin salida, porque esta vez sí tendrán que responder en juicio penal.
Pero los exalcaldes no aguantan la presión. Zeferino Torreblanca acaba de demandar por supuesta difamación al periodista de Radio Fórmula, Oscar Mario Beteta, por los señalamientos de este respecto de la responsabilidad de Torreblanca Galindo, quien también gobernó el estado de 2005 a 2011 y desde esa posición siguió participando de los negocios inmobiliarios en Acapulco, de lo que también hay muchas evidencias en documentos y en la prensa.
Paralelamente, hermanos y mediohermanos de Alberto López Rosas están metidos en las redes sociales para atacar a cuanto periodista se ha hecho eco de las denuncias contra el exalcalde y actual secretario del Trabajo del gobierno estatal. Tal como lo denunció nuestro compañero Miguel Ángel Mata Mata –quien valientemente ha profundizado en la investigación de datos y evidencias de la culpabilidad del hijo del Rey Lopitos, y los ha difundido tanto en medios de prensa como en redes sociales-, los López Rosas pretenden amedrentar y descalificar a la prensa con creciente intensidad.
Hay que recordar que a López Rosas no le cuadran tampoco las denuncias periodísticas, sobre todo las más documentadas, y por eso cuando fue alcalde, nos quiso demandar por difamación a quien esto escribe –entonces reportero de Novedades Acapulco-, y al compañero Héctor Nájera, conductor del noticiero acapulqueño “Enfoque Informativo” difundido por la cadena Radiorama. Demanda que no fructificó pero que dejó evidencia escrita y con copias de todos los documentos que fundamentaron las revelaciones de corrupción que hicimos, ante el ministerio público.
(De Félix Salgado, ni hablar, se siente seguro agazapado en la dirección del periódico que compró).
De manera que este es un momento especialmente peligroso para reporteros, columnistas y conductores de noticieros, porque en la medida en que los tiempos políticos acercan el necesario juicio contra los corruptos exalcaldes de Acapulco, su nerviosismo se vuelve contra su peor enemigo: la opinión pública, alimentada por las abrumadoras evidencias periodísticas.Alguien llamó a las reacciones de Torreblanca y López Rosas “los peligrosos coletazos de las ratas”, y sí, son un peligro que puede llegar al atentado “casual”, y por eso es necesario denunciar sus manoteos contra la prensa, para evitar males mayores. Sobre todo cuando López Rosas está por renunciar al gabinete aguirrista por salud política del régimen, quedará suelto y sin freno político hasta en tanto se le encarcela. Así que, cuidado…
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