*Jerarcas Olvidan en Guerrero Trabajo Espiritual
La iglesia es una institución reconocida por su labor a favor de los seres humanos y su misión en la tierra es espiritual, por lo tanto, sus representantes deben provocar entre la feligresía un cambio de actitud frente a los hechos que ocurren cotidianamente a su alrededor o allende sus fronteras, teniendo como referencia principal los sucesos históricos de hace más de dos mil años.Y este recordatorio lo hacemos porque aún y cuando el Papa Benedicto XVI hace esfuerzos supremos para que los jerarcas de las Diócesis distribuidas en todo el mundo, incluida la de Acapulco, retome el discurso pastoral de la llamada NUEVA EVANGELIZACION para fortalecer el tejido social de las familias.
Aquí los jerarcas de la iglesia hacen mutis, ven para otro lado, se desatienden de sus deberes primordiales y utilizan el púlpito o los diversos medios de comunicación para hacer política, politiquería o simplemente grilla terrenal. Esto es lo que sucede en el estado de Guerrero en donde los representantes de Cristo, en lugar de promover la paz, la pasión, los sublimes sentimientos que surgen de la palabra de Dios, van en sentido contrario.
El pasado 12 de Diciembre, los mexicanos festejaron fervorosamente con miles de procesiones a la Virgen de Guadalupe, la llamada patrona de México. Esta presencia espiritual desde hace más de 481 años (de su aparición en el cerro del Tepeyac) ha acompañado a miles de fieles que creen en ella y tienen puesta toda su fé en sus múltiples milagros. Esta figura no ha tenido la atención ni la difusión merecida de parte de los jerarcas católicos en la entidad y en contrario han desgastado su energía y promoción en temas vacuos que son prototipo de quienes se desenvuelven en los círculos de la política local o nacional.
Luego entonces, la aportación de la iglesia católica en el estado de Guerrero para contribuir a que sus habitantes puedan promover, provocar o asirse a la buena conducta o la paz social, no es la correcta y sí en cambio contribuye a la confrontación entre el bien y el mal, entre los buenos y los malos ciudadanos, cuando la misión pastoral es hacer entender a todos por igual que deben enmendar errores y reconocer desaciertos o las malas acciones que contradicen lo escrito en la sagrada biblia.
El arzobispo Carlos Garfias Merlo desde su arribo a estas tierras guerrerenses ha actuado en forma discordante con la línea del PAPA BENEDICTO XVI, quien en sus constantes peroratas desde el Vaticano o en los lugares que visita anualmente, difunde la nueva buena, critica los desvíos de conducta de mandatarios, de gobernantes y fieles y los invita a recuperar la buena conducta, reincorporarse a la ruta del bien común y a persistir en la tarea de hacer de sus responsabilidades una herramienta que coadyuve al bienestar de todos para con ello configurar un mundo socialmente mas articulado y menos enfrentado, teniendo como meta lograr que el universo sea mas amigable y menos conflictivo.
Solo así, como lo promueve el Papa de Roma, las sociedades podrán encontrar un punto de coincidencia para poner fin a las constantes guerras, hechos de violencia, sabotajes, corrupción, injusticias, e impunidad, que diariamente son registrados y denunciados a través de los medios de comunicación de masas.
En un mundo global, es imposible no atender una línea de conducta o nueva praxis para hacer que las instituciones eclesiásticas cumplan su labor en el terreno espiritual y no confundirse y mucho menos mimetizarse por el constante contacto con los políticos profesionales.
Es imposible no comentar estas cuestiones cuando vemos casi a diario que en Guerrero los políticos hacen sus constantes declaraciones sobre temas comunes y corrientes y tratan a toda costa de evadir sus responsabilidades y con ello dejar de ser sujetos de una evaluación final por parte de la sociedad a quien debieron servir y servir bien.
Y si esto es lo común entre la sociedad política, no debería ser lo mismo con la sociedad religiosa, pues su terreno espiritual lo han cambiado por el espacio terrenal en donde al parecer se sienten mejor y con ello pierden no solo el objetivo primordial de hacer de la palabra de Dios un apostolado, sino también la confianza que la feligresía había depositado en ellos.
Basta hojear los medios de comunicación locales para constatar lo que aquí decimos. Esto, reiteramos, no es un asunto particular, personal o privado, sino es una cuestión de comunión social, pues si bien lo sabemos, el respaldo espiritual es sin duda una de las bases mas fuertes para que el hombre pueda seguir adelante pero con una visión distinta para promover y provocar a su paso el bien común y la convivencia entre pueblos y naciones.
No es un discurso desgastado, al contrario, es un discurso que se renueva cada vez que las sociedades se ven en situaciones de conflicto y de peligro, causado por el hombre o por fenómenos naturales que ahora con mayor constancia se presentan en diversas y diferentes regiones del planeta tierra.
El papa BENEDICTO XVI así lo ha entendido y así lo ha difundido constantemente. Teólogo reconocido y disputado, conoce la fortaleza de la palabra de Dios y no ha confundido su trabajo pastoral sino que lo ha fortalecido y transformado para servir mas y mejor a la sociedad en general, convirtiéndose en un PAPA ECUMENICO y quien sin remilgos ni arrepentimientos ha puesto ante el mundo lo que él llama la NUEVA EVANGELIZACION que aquí en Guerrero, ni por asomo se ha dado a conocer por parte de los jerarcas de la iglesia quienes están mas ocupados en los conflictos mundanos que en el trabajo espiritual.
Periodista/Analista Político*
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