“Es una experiencia triunfar, con el éxito entre la mente y el corazón. Pero más aún, amar con la resistencia de un espíritu ganador”.
Un logro vivir en este país con la mirada fija, mantener la visión y atrevernos a sostenerla con dignidad y honor, con clase y prestigio. Hablar con rectitud, con la entonación de la cordura, la razón y el justo comportamiento. No cualquiera tiene la capacidad, los atributos, el carácter para permanecer con ese ritmo. La competencia por sobrevivir es una angustia, se convierte en una situación crítica cuando te traicionan, te mienten, te entrampan.
Así vencido y aún vencido, deben temer ese valor que hace erigirte nuevamente, tu físico es la respuesta a todos tus pensamientos: Agilidad, velocidad, fuerza y resistencia. El superhombre o la supermujer son producto de la aptitud y actitud, la voluntad y la vocación que indican certeramente para qué sirves. Y resuelto esto, puedes participar en cualquier reto, contender en una existencia repleta de personas metódicas, puntuales, disciplinadas, diestras y avezadas.
Porque eres parte de ese designio que funciona simplemente así. México es un país que requiere individuos arriba de la media, es tiempo de cumplir el sueño de cada habitante e irremediablemente hacerlo y compartirlo al mundo. El progreso, el bien común, la civilidad y la funcionalidad sin daño alguno, como si se tratase de una historia de ficción. La realidad no dista de esa imaginación para proporcionarle músculo a la idea de un connacional, aventajar con la creatividad y todo ese empuje en base al brío para auxiliar al prójimo. Vamos a darle una herencia con laureles a nuestra descendencia.
Obtener identidad nueva de ganadores para transmitir un plan victorioso, en todas las áreas que opere un mexicano. Una ovación, un hurra, un viva, una porra, loas. Eso y más tienen que ser las exclamaciones, y no procrear más entuertos a la ya calamitosa propiedad de la tierra Azteca. Mañana es el efecto de hoy, es así que plenamente los políticos deben proyectar su causa. Los ciudadanos tenemos que invertir más de nosotros en ese aparato incrustado en nuestro pecho, ese órgano cóncavo lleva la sangre del campeón, del líder, del único. Debemos creer en nosotros para dictarle a la mente y a otras más, que somos el de la mirada determinante que vive para lograr con elegancia y humildad nuestros logros.
Columna editorial dedicada a la Delegación que representará a México en los XXX Juegos Olímpicos, a celebrarse entre 27 de julio y el 12 de agosto de este año. En Londres, Inglaterra.
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