Al igual que Acapulco, Chilpancingo y las principales ciudades del estado de Guerrero, sufren por el mal estado del transporte, las rutas saturadas, el mal servicio y el congestionamiento de vías, derivadas de la carencia de una planeación vial, que permita proyectar un servicio de mejor calidad y más barato. La discusión que proponen los concesionarios del transporte, es ociosa. Aseguran, sin que exista un solo elemento que lo confirme, de que los ciudadanos quieren agua, antes que ordenar el transporte público.
Lo anterior discusión no tiene sentido. El agua, es una prioridad, pero como sea ésa existe y tiene condiciones de resolverse poco a poco. Lo que no soporta más, es que el transporte público, siga en las condiciones en que está y que las autoridades de gobierno, no pongan orden.
Un ejemplo de un servicio de mucha mejor calidad y eficiencia, es el metro bus en la ciudad de México y el trolebús en la ciudad de Guadalajara.
Lo que la gente requiere es un servicio de calidad y eficiente, que permita una rápida circulación y una mayor seguridad en el transporte. Lo del agua, a nadie le quita el sueño aún. Lo que si fastidia es un servicio de pésima calidad, que provoca embotellamientos, luego de que las rutas concesionadas, se encuentran llenas de combis o de taxis, que corren como locos sin freno, poniendo en peligro la integridad de los ciudadanos.
Por ejemplo, hay que explorar qué se requiere. Si un trolebús, que es un servicio que no contamina y tiene un bajo porcentaje en accidente o un metro bús, que también es eficiente, aunque también requiere una alta inversión financiera.
Los únicos que reclaman que les quitan sus feudos, en cuanto a rutas, son los concesionarios, mismos que son los responsables de que las unidades y el servicio, sea pésimo. En Chilpancingo, sólo hay una ruta por donde circulan cientos de unidades llamadas combis. Y por esa avenida sería la principal ruta por la que circularía el transporte público que se determine hacer circular para beneficio de miles de ciudadanos.
Una prueba de que si se puede, es la Ciudad de México, donde antes de las líneas colectivas que hoy dan un eficiente servicio, circulaban miles de combis, que saturaban las avenidas y ponían en peligro a los ciudadanos, luego de que siempre iban peleando el pasaje. Cuando llegó el metrobús y las otras opciones de circulación, con carril único y en sentido contrario, se notó el cambio. Combinado, claro con formas más eficientes en cuanto a transporte colectivo.
La cuestión, no es sacar de la jugada a nadie. Los empresarios del transporte, deben invertir y cuidar que no se saturen las calles.
En Chilpancingo, como en Acapulco, en Taxco y en las principales ciudades de Guerrero, el transporte ha rebasado el límite de tolerancia y seguridad que desean los ciudadanos. El gobierno, debe ordenar al transporte y convocarlos a la participación con la ley en la mano. Si no quieren es un problema, que sin duda será en su contra, luego de que están acostumbrados a convertirse en mafias del transporte y tener como rehén a los ciudadanos y al mismo gobierno.
Los guerrerenses merecemos respeto. Las autoridades deben aceptar que no hay hecho lo correcto, en cuanto a la revisión de la ley vial. Y la ley del Transporte, establece que será el gobierno, el regulador, quien establezca los cambios necesarios en busca del bien común y no sólo de los transportistas. Gracias. Comentarios;
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