Esto es preocupante para todos, ya que no se puede vivir en paz, ni en tranquilidad necesaria para hacer la vida cotidiana sin sobresaltos y particularmente con la preocupación de que si sus seres queridos, amigos o parientes no vayan a resultar ser víctimas ‘colaterales’ como pomposamente se le señala a los civiles que por accidente fueron afectados por las balas o por los actos criminales de estos grupos que han demostrado su desprecio a la vida. Lo sucedido en el norte del país el fin de semana pasado es una muestra más de lo cruento que ha resultado esta guerra contra los narcos.
El discurso oficial sigue siendo el mismo, o sea, el no bajar la guardia, no darse por vencidos, no, no y no, aunque estas afirmaciones no impacten más a la población pues se tornaron ya huecas y sin sentido. Se ha dicho que este país con treinta y una entidad tiene siete estados donde más asesinatos se han registrado y no se ha logrado desmembrar a ningún cartel y mucho menos a los llamados Zetas que son los que se convirtieron en el dolor de cabeza de los cuerpos policiacos y militares de este país y por ende del propio presidente de la República.
Si bien es cierto que dentro de estas siete entidades que son las mas peligrosas en el país no se encuentra el estado de Guerrero, no deja de ser preocupante el número de asesinatos que se cometen a diario y que son reportados a través de los medios y las redes sociales a todas horas y todos los días. Con ello, se puede decir que el operativo de Guerrero seguro no ha tenido el éxito que se esperaba y las inversiones que se dijeron iban a efectuarse para tener policías acreditados no se han logrado concretar por cuestión de falta de confianza entre los tres niveles de gobierno.
La federación, que es la que aporta el dinero para lo que tiene que ver con la seguridad pública y el mejoramiento de las policías estatal y municipales no entrega los recursos porque las autoridades no cumplen con las normas y procedimientos a las que se deben apegar. El gobernador Aguirre, con tantos problemas que tiene frente asi, solo recuerda darle atención cuando los criminales hacen de las suyas y ponen en evidencia que no existe este blindaje tan cacaraqueado.
Los ciudadanos en el estado de Guerrero se encuentran sin protección alguna. Los operativos no han sido lo suficientemente efectivos para bajar el índice de criminalidad y mucho menos para evitar que los estupefacientes sigan corriendo sin recato alguno por toda la entidad. Nada ha cambiado al respecto, solo el panorama estatal con la llegada de cientos de uniformados federales.
Y para colmo, en estos tiempos electorales, los candidatos a los diferentes puestos de elección popular no han expresado su intención de combatir a los criminales una vez que lleguen a ocupar tales cargos. Solo han solicitado que se les brinde protección por parte de la autoridad estatal, pues temen que sean objeto de blanco por parte de los criminales.
La pregunta al respecto es ¿ a qué temen los candidatos si no están participando de alguna forma a favor o en contra de algún grupo delictivo? O quizá podamos decir que hay algunos que sí tienen ‘cola’ que le pisen y por eso han solicitado ayuda al poder ejecutivo estatal.
Vergüenza debería darles a estos candidatos el solicitar protección para realizar su actividad proselitista, como si los ciudadanos común y corriente estuviésemos exentos de sufrir algún atentado contra la vida, sea en forma directa o ‘colateral’. Mueve a risa las declaraciones de varios ex gobernadores de Guerrero quienes señalaron hace unos días que en Guerrero hay paz social. Si fuera así, ¿entonces porqué los candidatos de su partido están solicitando protección policiaca? Tal parece una mas de las contradicciones de los políticos de siempre.
Los días pasan de prisa. Dentro de unas semanas más estaremos frente a las urnas. El panorama de violencia no habrá cambiado sustancialmente. La impunidad seguirá prevaleciendo, la corrupción se extenderá, la violencia reaparecerá con mayor vigor y las autoridades, una vez que tomen las riendas, no harán otra cosa que calcar los operativos de seguridad iniciados desde el ya lejano año del 2005 cuando el presidente Vicente Fox impulsó en forma errónea los operativos de seguridad denominado México Seguro y que heredó a su sucesor, el hasta ahora presidente Felipe Calderón.
En Guerrero los operativos han sido utilizados para contener a los grupos delictivos pero no han resuelto el problema. La ciudadanía sigue viviendo en medio de la incertidumbre y el miedo y al parecer a las autoridades locales no les quita el sueño. Y luego dicen del porqué los abuchean, les chiflan y les gritan como a Peña Nieto en la Ibero: ¡ fuera, fuera fuera !
Periodista/Analista Político
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