Por Noé Mondragón Norato Foto: https://hechodigital.com/
La alcaldesa de Acapulco, Abelina López Rodríguez se encuentra en el ojo del huracán. Y no solo por su marcado distanciamiento de la gobernadora Evelyn Salgado, sino por su ruptura abierta con el senador Toro, quien intenta a toda costa, controlar cualquier movimiento que ocurre al interior del Morena. Un frío y soslayado trato recibió la alcaldesa porteña al acudir a la conmemoración del 240 aniversario del natalicio de Vicente Guerrero, en Tixtla. La gobernadora, exaltando el “pluralismo cultural” de héroe epónimo, decidió, en un arranque contrario a sus palabras, excluir del pódium a López Rodríguez. Y solo porque no se ha disciplinado tanto con ella, como con su padre. Pero Abelina tiene puntos vulnerables sobre los que podría arar la gobernadora para aplastar sus intentonas rupturistas. Los hechos así lo dictan.
EPISODIOS OSCUROS. – En el expediente político de Abelina López hay cuando menos tres hechos oscuros que empañan su currículo político:
1.- Tras fustigar al senador Toro reprobando, “que exista otro cacique en Guerrero, va contra natura de nuestros ideales, de nuestros principios”. Incluso señaló a Rubén Figueroa Figueroa, el cacique priista de Guerrero, de quien se acordó para equipararlo con el senador Toro. Abelina olvida que los Figueroa fueron precisamente, la familia política que acordó con ella en la elección del 7 de junio de 2015, cuando disputó la diputación federal en el distrito 4 de Acapulco: “Busca a la gente de Abelina, si no hay arreglo con el Verde en ese distrito, trabajaríamos con ella…diles que para que nuestra estructura opere necesitaríamos que nos dieran 50 mil pesos por semana, de aquí a la elección. Para la promoción al voto, aparte la movilización”, ordena Rubén Figueroa Smutny, hijo del exgobernador defenestrado, a su colaborador Pedro. Abelina perdió aquella elección frente a la priista Julieta Fernández Márquez, esposa del también polémico senador tricolor, Manuel Añorve. A pesar de los desmentidos posteriores, es un pesado lastre que arrastra.
2.- En el diario de los debates del Congreso de la Unión, quedó registrada el 13 de octubre de 2020, la quemante y dislocada intervención de Abelina en su calidad de diputada federal: “Tuve que dar la módica cantidad de 20 mil pesos para que la corrupción del sistema permitiera solicitar al juez, el juicio abreviado. Son ignorantes, porque no saben del procedimiento. Por eso digo que los verdaderos violadores de derechos son ustedes, y cínicos vienen a hablar aquí de honestidad, de justicia”, sentenció en medio de gritos de corrupta. Es otro lastre que, a pesar de que fustiga la corrupción en el discurso, en los hechos no ha trascendido su trabajo como alcaldesa. La aplicación de los dineros públicos está oscurecida. Y, como tiene de aliado al presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso local, Alfredo Sánchez Esquivel, no le preocupa la promoción de auditoria alguna en su contra.
3.- Dos elementos de la Marina que fueron comisionados a la custodia del senador morenista zacatecano José Narro Céspedes, el domingo 6 de marzo de este año, están desaparecidos. En esa trama está involucrada la alcaldesa de Acapulco. Su exsecretario de Seguridad Pública, el capitán de corbeta Maximiliano Serrano Pérez, dijo que Abelina “le había solicitado el viernes 4 de marzo, el envío de dos elementos de la Marina al senador Narro para su custodia”. Y así se hizo. Pero dos días después ya no se volvió a saber de ellos. Es la fecha en que no aparecen. Desde las altas esferas del gobierno se ha guardado silencio al respecto. Serrano Pérez renunció a su cargo el pasado 26 de julio por ese escándalo de altos decibeles mediáticos. Pero Abelina lo justificó asegurando que “era por un ascenso a su persona”. Lo cierto es que hay una trama oscura en todo ese andamiaje. Piezas que no embonan. Historias negadas a ser ventiladas. Intereses inconfesables que impiden llegar a la verdad. Pese a ello, la alcaldesa se defiende: “yo no sé nada, no firmé nada”. Sin embargo, es el tercer hecho que la chamusca. La pone contra las cuerdas y en la mira de sus detractores políticos internos. Sobre todo, de la gobernadora Evelyn y de su padre, el senador Toro.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Como una verdadera vacilada fue interpretada la efímera detención del dirigente de la UPOEG, Bruno Plácido Valerio. Se entiende que la Fiscalía fue cómplice de soslayo, pues los cargos que le endosó fueron todos, mínimos y risibles: daños en tierra ejidales y robo de ganado. Con ello, la procuración y aplicación de la ley y la justicia siguen instaladas en el circo ambulante de la simulación. Porque si así actuó el gobierno estatal en el caso de Bruno, ¿haría exactamente lo mismo si captura a “un pez gordo” de la delincuencia organizada? En el gobierno estatal de la 4T, todo es posible.
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