Por Jorge Romero Rendón
Las voces que se han elevado llamando a preservar la “estabilidad y la gobernabilidad” en el estado parecen más interesadas en acallar protestas y litigios poselectorales para justificar el fraude electoral perpetrado por Morena, que en mantener auténticamente la “armonía social”, a un costo verdaderamente alto: el de callar, someterse a los deseos del autócrata federal, aceptar un gobierno espurio y corrupto como el que se espera de Félix y de su hija Lupita, y renunciar al ejercicio pleno de los derechos ciudadanos, quebrando la de por sí frágil democracia que sobrevive en México.
La mayoría de esas voces pretenden advertirle al candidato a gobernador de la alianza PRI-PRD, Mario Moreno Arcos, que detenga su demanda de limpiar la elección, y peor aún, su advertencia de reclamar en tribunales la anulación y posterior reposición de la elección del gobernante de Guerrero ante la evidencia de irregularidades Es decir, le piden con elevados argumentos que renuncie a su derecho a protestar y a que se cumpla la ley, para dar paso a una imposición que en pocos meses sumirá al estado en su peor crisis de gobernabilidad, como ocurrió en Acapulco cuando Félix Salgado fue el narco-alcalde del período 2005-2008.
El fraude maquinado de Morena empezó a gestarse desde hace tres años, cuando el presidente Andrés López Obrador eliminó todos los programas sociales de apoyo a la población, para imponer programas de regalo de dinero a través de becas, pensiones y programas inútiles como el de “sembrando Vida” o el de “Construyendo el Futuro” que le obsequia 3,600 pesos mensuales a millones de jóvenes por no hacer nada. En el fondo, ya se sabe que ese reparto tuvo el objetivo de comprar votos, como efectivamente sucedió en varios estados, como Guerrero, donde ganó la marca Morena $$$...
La lucha de Mario Moreno es un símbolo por hacer prevalecer la democracia…
Pero eso no fue suficiente, porque ante el desgaste presidencial y los errores de su gobierno, fue necesario operar en los últimos meses dos estrategias complementarias: la compra directa de votos desde días antes de la elección, como fue evidente en Acapulco; y el soborno a funcionarios de casillas y de los consejos distritales, que perpetraron tantas irregularidades para manipular actas y rellenar urnas con boletas premarcadas, para elevar fraudulentamente el número de votos a favor de Morena, que dieron pie a la demanda de un recuento “voto por voto y casilla por casilla”.
Aún así, todavía no fue suficiente, dado que el resultado numérico de la elección de gobernador depara una diferencia mínima entre primero y segundo lugar. Lo que revela que en una elección limpia, Mario Moreno sería ya el ganador absoluto.
De allí que a Morena y a sus defensores no les conviene que se abran los paquetes electorales y se haga un recuento general de votos, como de hecho lo impidió la responsable del conteo en el Distrito 08 de Acapulco, quien al ver que aparecían cientos de votos favorables a la alianza PRI-PRD que no se habían tomado en cuenta, interrumpió la apertura de paquetes para favorecer al candidato de Morena. Las evidencias están en videos y testimonios directos en denuncias de internet.
Aún así, los candidatos de Morena y especialmente su candidata a la gubernatura, Evelyn “Lupita” Salgado contaron con un ejército de sicarios que se mantuvo en decenas de casillas –sobre todo en la zonas rurales y pueblos de Tierra Caliente- por cuenta de diversas bandas del crimen organizado, obligando a los electores a que votaran por la hija de Félix, a la vista de todo el mundo, so pena de sufrir una agresión, pues portaban armas largas.
Con todo ese conjunto de irregularidades fue que obtuvieron triunfos varios candidatos morenistas a alcaldes y diputados.
En ese contexto, en el que la “gobernabilidad” depende de acuerdos ilegítimos y hasta criminales, el encargado de Morena, Marcial Rodríguez, advirtió que “deben respetarse los resultados y que el PRI no alborote a la gente; PRI y PRD buscan desestabilizar al estado y eso no conviene a nadie”. Mientras que en su reciente visita a Guerrero, el presidente AMLO pidió que todo reclamo electoral se debe hacer “por la vía legal pacífica”.
Por su parte, el candidato Mario Moreno se mantiene firme en su demanda de limpiar de irregularidades la elección, y de ser necesario, acudir a los tribunales electorales para corregir las violaciones a la ley y las inconsistencias que resulten, hasta llegar incluso a demandar la nulidad de la elección y que se repita el proceso, en caso de que no haya respuesta y persista el presunto favoritismo hacia Morena.
Con lo que Mario no está llamando a la violencia ni a la desobediencia, sino siguiendo la vía legal y pacífica pregonada por el presidente, pues lo que debe prevalecer es la certeza de que la elección refleje en serio la voluntad popular…
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