Por Jorge Romero Rendón Foto: https://twitter.com/
La caída de Félix Salgado Macedonio en las encuestas sobre preferencia electoral es real. En solo un mes bajó 10 puntos –lo que representa una pérdida tremenda en términos políticos-, no sólo por sus errores y por la ausencia de propuestas sobre lo que piensa hacer para revertir la crisis económica y sanitaria que agobia a la población, sino porque en la medida en que se va radicalizando crea desconfianza y siembra la duda de si en verdad podría gobernar al estado sin que se le vaya de las manos.
De hecho, como han revelado observadores electorales, Félix se está convirtiendo en un problema para el gobierno del presidente Andrés López Obrador, quien, a pesar de su cariño personal y de los compromisos que lo llevaron a imponerlo como candidato al precio que fuera, representa hoy más un riesgo que un activo capaz de ganar bien la elección.
Para el equipo presidencial, las torpezas del dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, han obligado a llamarlo a cuentas, a recibir regaños, pero sobre todo a encender los focos rojos en estados como Nuevo León y Guerrero, donde ven ya el riesgo de no poder ganar las gubernaturas por las buenas.
Félix Salgado genera más dudas en el entorno del presidente por su beligerancia desbordada, y porque su explosivo comportamiento lo hace difícil de controlar, poniendo sobre la mesa la necesidad de evaluar si es el tipo de gobernador que le conviene a Obrador o no, pues advierten que su carácter rebelde podría limitar los espacios de maniobra del gobierno federal.
Por otra parte, el crecimiento exponencial que lleva el candidato a gobernador de la alianza PRI-PRD, Mario Moreno Arcos, lo ha llevado a un empate técnico con su rival de Morena –tal como aceptó públicamente el propio Félix la semana pasada-, con un pronóstico de aumento aún mayor de aceptación ciudadana, ha puesto nerviosos a los dirigentes de Morena y a los operadores de Salgado Macedonio, que los ha llevado en su desesperación a atacar a Mario con el tema equivocado de los gastos de campaña.
Mario Moreno se ha encargado no sólo de llevar a cabo una campaña limpia y respetuosa, concentrada en su búsqueda de espacios de cercanía con la gente, sino que ha llenado los grandes huecos de su principal rival en materia de propuestas, con proyectos concretos dirigidos a las mujeres, a los jóvenes, a los campesinos, pescadores, y en temas de recuperación económica, turismo, desarrollo, empleo y oportunidades para todos los sectores, que están muy por encima del trillado rollo de quienes en Morena hablan de una 4T que nadie sabe qué es o cómo se puede traducir en soluciones viables para los problemas del estado.
El pronóstico inmediato anticipa un crecimiento mayor de Mario Moreno y un estancamiento de Félix Salgado, quien tocó su máximo nivel hace más de un mes y ahora ve cómo disminuye su popularidad, por más que se manipulen encuestas para tratar de mantener un halo triunfador que cada vez se cree menos.
Pero todo dependerá del fallo que emita el Tribunal Electoral federal (TEPJF), que siempre favorece a Morena y obedece los deseos del presidente, para regresarle la candidatura a Félix… o quizás no.
Y mientras Félix sigue radicalizando su “lucha” con declaraciones del tipo “si yo me quedo sin la candidatura el INE caerá”, que es lo más antidemocrático que se puede escuchar hoy en día, en palacio nacional se preguntan si no será un buen momento para hacerlo a un lado, antes de que se les rebele en su desmedida ambición por el poder.
De ahí que personajes como Luis Walton suspendieron sus negociaciones externas temporalmente, a la espera de que se abra la oportunidad de sustituir a Félix como candidato a gobernador…
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